Moscú, entre desafíos y una gran oportunidad
Escenario. El Mundial en Rusia enfrenta algunos riesgos: amenazas terroristas, racismo y la violencia de los hinchas. Por eso, el Kremlin busca garantizar un éxito que mejore la imagen internacional del país.
Entre amenazas terroristas, temor a la violencia ultra o incidentes racistas, los retos de seguridad a los que debe hacer frente Rusia a la víspera de la apertura de ‘su’ Mundial son numerosos. Aun así el Kremlin espera superar estos desafíos para limpiar la imagen de su país, empañada por varias crisis con Occidente en los últimos años.
A partir de hoy jueves y del arranque oficial del Mundial 2018 con el choque Rusia-Arabia Saudita, los ojos del planeta estarán enfocados en Rusia. El evento deportivo más grande del planeta es una ocasión de oro pa- ra dejar una bonita imagen de Rusia, lejos de los sobresaltos de la diplomacia internacional.
“Nuestro país está listo para organizar la Copa del Mundo, garantizar a todos los que vienen a Rusia una comodidad máxima y dejarles las emociones más positivas”, declaró el presidente Vladimir Putin este miércoles, invitado en el 68º Congreso de la FIFA.
Para garantizarse un Mundial exitoso, Rusia apuntó al refuerzo de las infraestructuras, invirtiendo un total de 13.000 millones de dólares. Pero las autoridades rusas también han tomado medidas para reforzar la seguridad. El primer objetivo es luchar contra el terrorismo, cuando el país es explícitamente designado como objetivo por la banda ISIS por la intervención crucial rusa en la guerra de Siria.
Cierre de muchas fábricas “peligrosas” alrededor de las ciudades-sede, presencia masiva de policías -unos 30.000 uniformados desplegados únicamente en Moscú- son algunos de los puntos de una larga lista de medidas pensadas para limitar el riesgo de atentados.
Los hinchas extranjeros, esperados en gran número en un país poco acostumbrado al turismo de masas, deberán hacer sus deberes: en las once ciudades-sede tendrán tres días para registrarse ante la policía local, bajo pena de multa en caso de control.
Otro temor que rodea al Mundial viene del lado de los hooligans, para comenzar, con el recuerdo aún fresco de los incidentes en la Eurocopa-2016, cuando varios centenares de hinchas rusos desataron una verdadera batalla campal en las calles de Marsella contra sus pares ingleses.
Las autoridades rusas han reaccionado desde entonces y esos violentos aficionados, seguidos de cerca por la policía, fueron invitados a pasar desapercibidos durante la Copa.
Sin embargo, persiste un problema que ha resurgido en los últimos meses: el racismo, principalmente en los estadios donde varios jugadores fueron víctima de gritos racistas. La organización FARE, que lucha contra la discriminación en el fútbol, ha relevado 89 incidentes racistas durante la temporada 2016-2017. Pero las autoridades aseguran que el millón de visitantes que se espera en el país va a ser bien recibido en las once ciudades-sede. ■
Los hinchas visitantes tendrán tres días para registrarse ante la policía local.