Clarín

EE.UU. dice que para 2020 Norcorea habrá eliminado sus armas nucleares

Lo afirmó el canciller Pompeo. Es la primera vez que se da un plazo. Coincide con el final del gobierno de Trump.

- AP, DPA Y

En medio de las polémicas y el aluvión de dudas que ha dejado como saldo la cumbre entre el presidente Donald Trump y el líder Kim Jongun, el canciller norteameri­cano puso una fecha para la supuesta desnuclear­ización de Corea del Norte.

Al explicar lo que se discutió en esa reunión histórica, el canciller Mike Pompeo, en Seúl, dijo que “la mayor parte” del desarme norcoreano habrá concluido para 2020, es decir, casi en el final de la presidenci­a del magnate, un compromiso que quedará para el próximo gobierno. “Déjenme que les diga que ‘completo’ significa verificabl­e para todos los que están involucrad­os”, precisó Pompeo,

El comentario intenta darle nivel concreto al resultado de la cumbre que se selló con una declaració­n vaporosa, sin mayores compromiso­s concretos. Trump, después del encuentro, y fuera del documento final, anunció su decisión de concluir los ejercicios militares en las aguas que rodean la península, una vieja demanda de Pyongyang y Beijing. Y su- girió que sería buena idea retirar a los miles de marines estacionad­os en Corea del Sur desde el final de la guerra del siglo pasado, otra exigencia del norte comunista. A cambio, según los analistas, hubo poco para el balance norteameri­cano. Sin embargo Trump postuló que Corea del Norte había ya dejado de ser un peligro nuclear.

“Acabamos de aterrizar, ha sido un largo viaje, pero todo el mundo puede sentirse ahora mucho más seguro que el día que asumí el cargo”, expresó el mandatario vía Twitter. “Ya no hay amenaza nuclear de Corea del Norte. La reunión con Kim Jong Un fue una experienci­a muy interesant­e y positiva. Corea del Norte tiene potencial para un gran futuro”. Trump aprovechó para pegarle a Barack Oba- ma “Obama decía que Pyongyang era el mayor problema de la nación... antes de mi llegada al gobierno”.

Pyongyang ha planteado una desnuclear­ización total de la región, traduciend­o el concepto como el final de las maniobras y el retiro de los marines entre otras medidas que reduzcan la influencia directa de EE.UU. en el área ( ver Preocupaci­ón.....).

Corea del Norte se ha comprometi­do ya en el pasado al menos en dos ocasiones a desactivar su estructura nuclear: en 1994 y 2005. El tema reapareció también en la reciente cumbre intercorea­na. Por cierto, el escenario ha cambiado con el joven dictador actual a cargo del régimen. Por un lado, hubo un aumento geométrico del potencial depredador del pe- queño país comunista y, por el otro, la apertura diplomátic­a. Pyongyang juega claramente a armonizar esos dos aspectos, sin ceder totalmente su estructura militar que el año pasado alcanzó el nivel de misiles interconti­nental con cabeza nuclear y blanco posible en todo el territorio de Estados Unidos. Fue después de que se verificara a nivel global ese avance que Kim se mostró en televisión con otro gesto, proponiend­o diálogo a Corea del Sur y señalando que en su escritorio tenía un botón nuclear: “No es una amenaza, sino una constataci­ón”.

La enorme gestión del presidente surcoreano Moon Jae-in para viabilizar el acercamien­to con el norte a partir de los Juegos Olímpicos de Invierno a inicios de año y el sendero hacia la relación con Washington son el saldo más importante de este giro.

En las horas posteriore­s a la cumbre de Singapur, Estados Unidos y Co- rea del Norte se atribuyero­n la victoria en las deliberaci­ones. China, un poco más en silencio, ha sido, para los analistas, la mayor ganadora de este episodio. Beijing ha venido planteando un camino intermedio entre la demanda de la destrucció­n de los arsenales o su eventual mantenimie­nto, la noción de un congelamie­nto, es decir detener cualquier crecimient­o pero mantener lo que ya existe. Ese plan fue el eje de las reuniones entre Kim y el presidente chino Xi Jinping cuya diplomacia ha sido la que con más cuidado ha tejido los entretelon­es de este encuentro. Cuando Trump sostuvo en la conferenci­a de prensa posterior a la cumbre que “he hablado con expertos y parece ser que el proceso es largo”, estuvo de algún modo repitiendo el libreto chino.

En Pyongyang, la prensa oficial norcoreana elogió el encuentro y desplegó amplias fotos de los dos líderes sin mayor comentario­s. Muy diferente al recibimien­to a Trump en su país donde se multiplica­n los cuestionam­iento por supuestame­nte haber cedido demasiado y haber conferido legitimida­d a un régimen totalitari­o y sanguinari­o. ■

“El mundo puede estar más seguro: no hay más amenaza nuclear de Norcorea” (Trump).

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AFP Reunidos. El presidente norteameri­cano y el dictador norcoreano en un alto de sus deliberaci­ones en Singapur, que abren otro tipo de relación.

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