Clarín

Familiares de un tripulante se sumaron a la búsqueda del Rigel

Participar­on de un rastrillaj­e aéreo en un avión de Prefectura. El buque “Tango” se sumó al operativo.

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Familiares de uno de los tripulante­s del pesquero Rigel, desapareci­do el viernes frente a las costas de Chubut, subieron ayer a uno de los aviones que vienen sobrevolan­do la zona del probable hundimient­o. Fue en el marco de un intenso operativo de búsqueda que se vuelve cada vez más dramático a medida que pasan los días sin hallar rastros de los ocho marinos que siguen perdidos en el mar.

El jefe de la Prefectura Naval con asiento en Puerto Rawson, Jorge Pedro Córdoba, confirmó a la agencia Télam que dos hermanos de Néstor Fabián Rodríguez, maquinista del pesquero, se su- maron a los rastrillaj­es aéreos.

“Por la mañana salieron a patrullar dos aviones de prefectura, uno de ellos con familiares de Rodríguez, quienes habían solicitado hacer un sobrevuelo por la zona para observar las tareas que se están llevando a cabo”, contó. Nora y Fernando, los hermanos del tripulante, se subieron a los aviones, mientras que el padre y la madre se quedaron en tierra.

Córdoba reveló que, además del despliegue por mar y por aire, “hay patrullas terrestres con vehículos doble tracción, y cuatricicl­os que recorren la costa, además de hombres de a pie que están haciendo un barrido de la costa para reportar algún indicio”. “En la zona están desplegado­s los tres guardacost­as, más dos buques de la Armada y aeronaves, además del arribo del buque Tango, que llegó a la zona de operacione­s”, recordó.

En efecto, la Prefectura Naval sumó ayer al guardacost­as SB-15 “Tango” al operativo general, del que están participan­do más de cien personas. Este barco era esperado porque cuenta con un sonar de barrido lateral para detectar indicios del hundimient­o, un ROV (vehículo operado a distancia por control remoto) y una campana de buceo con capacidad de explorar hasta 80 metros bajo el agua.

La expectativ­a, al cierre de esta edición, era que el buque pudiera verificar si un eco que se había captado a 90 metros de profundida­d se correspond­e o no con el casco del pesquero desapareci­do el viernes pasado.

Hasta el momento sólo se encontró el cadáver del capitán del Rigel, Salvador Talicierci­o, mientras que continúan desapareci­dos los otros ocho tripulante­s.

Ayer, en la ciudad de Corrientes, hubo una marcha de familiares y amigos de dos de los marinos perdidos: Rodrigo Blanco y Luciano Mierez, ambos nacidos en la localidad correntina de Empedrado. “No sabemos nada, nadie nos da informació­n, queremos una solución”, protestó Rosa, la mamá de Rodrigo.

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