Clarín

Dan Wells no es un asesino serial, pero...

Autor de terror y de ciencia ficción, el norteameri­cano indaga en el mal que anida en cada uno de nosotros.

- Patricia Suárez seccioncul­tura@clarin.com

Dan Wells es un best seller de libros juveniles en los Estados Unidos. Lee y escribe sin parar y usa sombrero de cowboy. Está casado y tiene cinco hijos. Es mormón. Sus libros son sagas, dos de ellas, distópicas.

En 2076, en un mundo devastado por la guerra, los seres humanos están al borde de la extinción y la clave de la superviven­cia está en manos de una chica: Kira, tal el argumento del primer libro de la saga Partials, Parciales, que vino a presentar a Buenos Aires hace unas semanas.

Su otra saga, El Mirador, está compuesta por tres libros: el primero de ellos, Bluescreen, sucede en 2050 en una Los Ángeles donde la humanidad vive conectada a Internet (¿les suena?).

La saga de John Cleaver sucede en el presente y está protagoniz­ada por un chico de 15 años que se autopercib­e como sociópata y por ello se creó un montón de reglas para evitar hacer daño a nadie. Si bien el recurso es psicológic­amente contradict­orio -los psicópatas no se re-

conocen como psicópatas-, valga como licencia poética para la construcci­ón de tres libros sobre un chico obsesionad­o con crímenes y criminales.

A los lectores nos gusta imaginar que los autores se convierten en un éxito de ventas de la noche a la mañana y por pura buena suerte -que es otro de los nombres que damos vulgarment­e a la magia-. Sin embargo, la realidad retruca la idea.

-¿Cómo fueron sus inicios como escritor?

-Crecí leyendo fantasía, El Señor de los Anillos y todo eso. Por eso pensaba que iba a ser escritor de fantasía también. Entonces escribí cinco libros de fantasía, horribles, muy malos y que no están publicados en ninguna parte. Cada uno era más oscuro que el otro, y contenían mucho horror. Un día, unos amigos del grupo de escritores con quienes yo escribía, me dijeron: "Dan, estos libros son tan espantosos, que ¿por qué no escribís directamen­te un libro cuyo género sea el horror?", y yo pensé: "Voy a intentarlo". Y así nació Yo no soy un serial killer. Fue por accidente como llegué al género terror. -Además de sus sagas juveniles, escribió un libro para adultos de ciencia ficción moderna, unas especie de cyber-punk, que se inscribe en lo que pasa en el mundo hoy. ¿La distopía dentro de la ciencia ficción es su género favorito?

-Cada vez que empiezo algo nuevo, un nuevo libro o una nueva saga, quiero intentar algo nuevo otra vez.

Otro libro, otra historia, otro género, quizá.

-¿Es distinto escribir para jóvenes que para adultos?

-Todo el mundo dice que los jóvenes no leen, pero los jóvenes son los que más leen. Me comentaron que en las ferias del libro aquí, los libros que más venden son los de ficción para jóvenes. Pero aparte de eso, todo el tiempo vemos a los jóvenes leyendo en el teléfono celular. Donde están, están leyendo en el celular. Por eso yo creo que este formato, el digital, cambiará la extensión de los libros. -¿Cómo será?

- El escritor escribirá más libros y más breves, del formato que se puede leer como libro digital. O lo hará por ‘entregas’, un poco como eran los libros de Charles Dickens que nacían para ser publicados en forma de folletín en el periódico. Yo creo que volveremos a escribir así.

-Uno de los elementos con que usted trabaja es “el demonio de la perversida­d”, ¿de dónde proviene esta idea? -Es un concepto psicológic­o que viene de una historia de Edgar Allan Poe. Es la parte de la mente que dice: "Oh, por aquí pasa un tren: yo podría empujar una persona para que caiga de- bajo del tren", o "Yo podría romper esta ventana". Todo el mundo, cada persona, tiene una parte de su mente que dice: "Oh, sí, es posible hacer algo malo", pero la mayoría de nosotros pensamos de inmediato: "Claro que no voy a hacer esto". Aunque muchas veces ni siquiera notamos haber tenido estos pensamient­os al principio. John Cleaver, mi personaje en la saga de los asesinos, tiene estos pensamient­os y los mantiene. El piensa mucho en cómo podría matar a alguien y cómo lo haría.

-No se trata aquí de un concepto religioso del bien y del mal, sino de una inclinació­n al mal que todos tendríamos. ¿Influye el hecho de ser cristiano a la hora de inventar una trama o de escribir un libro?

-Siempre quiero escribir libros que todos puedan leer y no quiero meter mis creencias en mis libros. Pero una vez escrito y publicado, cuando los vuelvo a leer, me encuentro con que ¡oh!, mis creencias están ahí. Porque bueno, mis creencias son quien soy y porque los libros vienen del corazón estas cosas están ahí, aun ignorándol­as. ■

 ?? PPPP ?? Un best seller. Wells empezó escribiend­o fantasía pero no le fue bien. Y un amigo le dio un consejo.
PPPP Un best seller. Wells empezó escribiend­o fantasía pero no le fue bien. Y un amigo le dio un consejo.

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