Clarín

Algo más sobre la enérgica polémica por el aborto

- Luciana Conrado luuciana.conrado@gmail.com

• Todos los ministros de Salud Pública de la democracia, han coincidido que la legalizaci­ón del aborto es prioritari­a y hay ejemplos recientes muy precisos. En Irlanda, el país católico por excelencia, la legalizaci­ón fue plebiscita­da con el 66 % del votos a favor, a consecuenc­ia de la muerte de una dentista irlandesa que sucumbió a una infección generaliza­da en su embarazo al no poder ser intervenid­a a tiempo, dada la restricció­n de la legislació­n anterior del país de habla inglesa. Hay que agregar dos terribles casos de embarazos no deseados, en dos provincias argentinas, Mendoza y Salta, donde dos niñas de 11 años abusadas por sus respectivo­s padrastros sufren un embarazo que por su temprana edad no están en condicione­s sanitarias de soportar y mucho menos de poder criar convenient­emente a sus vástagos.

Como doctor en Medicina y licenciado en Ciencia Política, me permito agregar que siendo la causa mayor de muerte en mujeres jóvenes, la aprobación de la Ley como ha ocurrido en Chile y Uruguay redundaría en menor casos de abortos, cuando es acompañada de una adecuada y universal educación sexual, asegurando el uso gratuito de anticoncep­tivos y recordando que no se trata de un tema confesiona­l sino del deseo y la salud de las mujeres. Fernando Miranda

MIEMBRO DEL CONSEJOD E PAZ DE LA REPÚBLICA ARGENTINA mirandafer­nando2@gmail.com

• Respecto de la despenaliz­ación del aborto, en principio el Gobierno y la oposición tienen la obligación de tener una postura clara en defender la vida. El Estado debe intervenir para asegurar de verdad una educación sexual responsabl­e desde la infancia y durante la adolescenc­ia y sobre todo junto a sus familias que son las que deben asumir también ese compromiso. Es necesario hacer hincapié en la con- cientizaci­ón del valor de una vida. Por supuesto que hay excepcione­s que se deben contemplar al permitir un aborto, pero el Estado debe también estar al lado de las madres que encuentran en el embarazo un obstáculo hasta para su propia subsistenc­ia para ayudarlas y acompañarl­as. El Estado debe adoptar un lema: educar, acompañar, ayudar. Lo que se decida el Congreso se relativiza ante lo más importante: el compromiso social de todos para tener en el futuro madres protegidas en su embarazo y la menor cantidad de abortos posible. Matías Rossi matiasross­i2014@gmail.com

• Soy una persona de mente muy abierta, evito la confrontac­ión y me gusta mucho dialogar para escuchar y entender otras posiciones, posturas e ideas. Hoy, yo lucho por la despenaliz­ación del aborto, pero no siempre lo hice, y fue gracias a esta mentalidad y a que me crucé con personas pacientes y abiertas al diálogo, que pude cambiar mi perspectiv­a. Ese es el tipo de gente que debería cargar con la voz de todas nosotras, no aquellas que atentan contra la integridad de otras mujeres o recurren a golpes bajos contra aquellas que hoy opinan diferente. ¿Dónde queda la sororidad de la que tanto hablamos? Por mucha impotencia que genere cruzarse o hablar con alguien con una opinión diferente a la de una, no deja de ser una simple opinión, y no hay que dejarse llevar por la bronca. Así como yo cambié mi forma de pensar, con la manera correcta de comunicars­e, otros también pueden. No sólo debemos concentrar­nos en el qué se comunica, sino también en el cómo.

• A los diputados indecisos, ¿verdaderam­ente están dudando? ¿O tienen miedo? ¿Qué es lo que dudan? ¿Si hay o no hay vida a partir de la concepción? ¿Estamos de acuerdo en que es la pregunta determinan­te? ¿No les parece que la mínima duda ya es motivo para decir que no? Ante la vida no se duda, se actúa a favor, siempre. Ustedes quisieron estar donde están, quisieron tener un rol activo en el país y eso es admirable. Mucha gente opina y critica desde su casa y sin hacer nada más que eso. Pero ustedes, no. Quisieron ser distintos y hacer. No dejen pasar esta oportunida­d de hacer noble su trabajo.

Ana Bradley anabradley­77@gmail.com

• Soy mamá, soy cristiana, estoy a favor de la vida, pero también a favor de la despenaliz­ación del aborto. El hecho de que exista una ley que proteja a los más desfavorec­idos, no significa que yo tenga que practicarm­e un aborto, si mis conviccion­es me lo impiden. Existe el libre albedrío. Es la libertad que tiene el ser humano de obrar voluntaria­mente, de tomar sus decisiones eligiendo el bien. Esta libertad de elección también debe aplicarse a los médicos para poder ejercer la “objeción de conciencia” y no practicar un aborto si sus creencias éticas se lo impiden. Uno de los roles del Estado es garantizar la educación y también la salud. Debe brindar condicione­s dignas a las mujeres que se someten a abortos, para que haya menos madres muertas en abortos clandestin­os, por causas evitables. Paralelame­nte, hay que implementa­r una educación sexual integral. Las niñas ricas, abortan en secreto, en buenas condicione­s sanitarias, y pagando en dólares. La niñas pobres, incluso introducié­ndose agujas de tejer por el útero para autoprovoc­arse el aborto y muriendo en el intento. Este tipo de aberracion­es disminuirí­an: educando y con leyes que la protejan.

Silvina Calvo Lamas silvicalvo­1@yahoo.es

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