Una bibliotecaria de carrera reemplaza a Alberto Manguel
Elsa Barber toma la posta en lugar del director de la Biblioteca Nacional, que deja el cargo aduciendo razones de salud. Ante las versiones circulantes, aseguran que no habrá despidos.
La decisión del director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, se aceleró con el pasar de las horas y de los rumores, que corrían como regueros de pólvora dentro y fuera de la institución: como anticipó Clarín, en calidad de primicia, Manguel confirmó que se va de la Biblioteca Nacional a fin de este mes. Hace dos años –a sus 68- había asumido el desafío de ocupar el cargo que alguna vez ostentó Jorge Luis Borges. La histórica sede de la calle Agüero quedará, a partir del 1° de agosto, a car- go de la actual subdirectora, Elsa Barber que, como remarcó el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, será "la primera mujer en ejercer este cargo” desde la fundación de esta institución. Posteriormente -contaron fuentes extraoficiales a Clarín- se buscaría llamar a concurso para llenar ese cargo y el de subdirector, aunque este punto aún está en evaluación.
En la reunión de este martes Manguel argumentó frente a un acotado grupo de periodistas que su renuncia al cargo está impulsada por el plan de recuperación que lleva adelante por recomendación médica, luego de haber sufrido un cáncer "hace cinco o seis años". "Aunque no hay ninguna cosa, la semana pasada mi oncólogo me dijo que tenía que parar", aseguró, a lo que el ministro acotó que “va a bajar un poco la intensidad del trabajo, porque el cuerpo le decían que parara". Según dijeron ayer, ahora seguirá como asesor ad honorem... por correo electrónico.
Sobre otro tema que se discutió en las últimas horas -la supuesta inminencia de una nueva ola de despidos de la que podría haber querido “despegarse”- señaló, incluso antes de que los periodistas le preguntaran: "Avelluto me prometió que no habrá despidos (…) Entendemos la incertidumbre, porque este es un país incierto, pero yo creo en la palabra de Pablo. (…) Hubo gente que se jubiló y un puñado de despidos pero de gente que no se presentaba a trabajar”. “También destacó "la impecable labor de los 870 empleados con que cuenta actualmente la Biblioteca" y dijo que se mantendrán las muestras, programas y actividades que venían realizándose durante su gestión, según dijo, unas tres mil por año.
"Simbólicamente la memoria, la identidad de una sociedad, radica en sus bibliotecas públicas y ésta fue la experiencia más extraordinaria de mi vida”, concluyó quien antes de asumir aseguraba que la razón por la que aceptaba la dirección era que había dedicado siempre a leer y a escribir –entre otras cosas sobre las mismas bibliotecas que fascinaban a Borges-, y estaba dispuesto a pasar a la acción. La realidad, claro, a veces muestra costados más áridos y urticantes que los libros. Como ejemplo vale recordar que apenas tres meses atrás, por ejemplo, decía: "En la biblioteca no tenemos ni un mango para comprar un grano de café. ¿A quién puede sorprenderle que en la Argentina una entidad cultural no tenga presupuesto?”.
El ministro –que remarcó que “no hay ninguna intención de producir despidos masivos- aseguró que se mantendrá "el presupuesto de 649 millones de pesos asignados a la Biblioteca, contra los 400 millones que tenía cuando llegamos". “Igual es un tercio de lo que consume la Biblioteca del Congreso”, disparó Manguel, y ambos rieron.
Del mandato de Manguel, Avellu- to destacó la red internacional que propulsó y que incluye los intercambios de material con instituciones extranjeras y la digitalización de archivos. También señaló las visitas internacionales, entre las que se contaron figuras como la escritora Margaret Atwood o la psicoanalista Elisabeth Roudinesco, que preceden la llegada de Salman Rushdie en noviembre.
Otra de las obsesiones de Manguel fue retener en el país el legado de algunos grandes escritores nacionales que, como en el caso de Borges, podrían pasar a manos de organismos o particulares extranjeros: con esa intención promovió la compra y donación al Estado del archivo de la biblioteca personal de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.
“En poco tiempo –anunció- vamos a abrir el Centro de Lectura Infantil y Juvenil, después vamos a inaugurar un centro de pueblos originarios, más tarde la muestra permanente de la Historia del Libro: tenemos uno o dos años de visitas programadas, todo esto sigue, porque la Biblioteca tiene ahora una identidad de la que puede sentirse orgullosa y debemos a la gente que trabaja aquí. Una biblioteca es un proyecto que nunca acaba”.
Barber (65) ya había ocupado la dirección temporariamente entre marzo y junio de 2016, mientras se esperaba que Manguel, un intelectual de reconocido prestigio internacional, culminara con compromisos académicos en Estados Unidos para asumir. Este martes reconoció, visiblemente emocionada: "Para mí fue un honor compartir estos dos años con él" y admitió que “todo esto me produjo un shock. Pensé que llegábamos a 2019. Ese mismo shock lo está teniendo el personal”. Pero en ese momento Manguel la interrum-
Hoy la Biblioteca tiene 870 empleados y un presupuesto de 649 millones de pesos
pió para subrayar que “es importante transmitir tranquilidad” y que la razón de su retiro es exclusivamente médica. Además, dijo, tiene deseos de estar con sus nietas y su compañero, en Nueva York.
En aquellos meses de 2016, a Barber también le había tocado tomar las riendas en un período difícil: el flamante gobierno nacional buscaba reordenar las cuentas públicas y hubo un anuncio de despidos en la Biblioteca. Entonces fueron 250 puestos, de los que luego se reincorporó a más de 100 trabajadores. Cuando Manguel llegó, la crispación ya se había disipado en parte. Ahora, según supo Clarín, ella exigió que le garantizaran que no habría despidos como condición para asumir la dirección.
Esta tarde, algunos delegados gremiales aguardaban a los periodistas a la salida de la sala en la que se realizaba la reunión de prensa: según la versión que esgrimen "es poco creíble que se vaya por razones de salud y hasta ayer lo hayan negado. Acá se ha desvinculado a muchos