La emoción de la mamá de Justina: “Transformamos el dolor en alegría”
El caso que inspiró la ley.“Me voy llena de felicidad y con el corazón lleno”, dijo Paola. Siguió la sesión desde un palco y festejó abrazada a su marido cuando se aprobó.
La sanción de la ley llevó alivio y alegría a los padres de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que murió esperando un trasplante de corazón y cuyo caso impulsó la modificación al régimen de transplantes. Festejaron abrazados, mientras los diputados aplaudían de pie. "Lo vivimos con mucha emoción y angustia. Hace siete meses Justina partió y hoy es un día inexplicable. Lo que ella ha logrado es increíble. No me queda otra que recordarla con una sonrisa por lo que nos dio", dijo Paola, madre de la nena, quien estuvo presente junto a su marido, Ezequiel, en la sesión en Diputados.
"Se abre una puerta maravillosa. Valió la pena", dijo la mujer a los medios, muy emocionada. "Nuestra hija nos pidió que esto fuera para todos", contó más adelante. Y agregó: "Todo tenía un porqué, hoy transformamos el do- lor en alegría. Si bien no es fácil vivir con su ausencia".
Sobre la ley, Paola reflexionó: "El precedente para que se aprobara la ley lo marcó mi hija. Es lamentable que alguien tenga que morir para que una sociedad se despierte. Por otra lado es gratificante en el dolor incluso que haya sido mi hija".
Cuando le preguntaron cómo se iba del Congreso, luego de la aprobación de la ley, la mamá de Justina aseguró: "Me voy llena de felicidad y voy con el corazón lleno por esas personas porque era lo que ella quería. Obviamente con la angustia de no tenerla. Yo sé que ella me abraza y me dice lo logré mamá".
Justina Lo Cane murió esperando un corazón el año pasado en la Fundación Favaloro. Aguardaba la intervención desde hacía 4 meses y estaba in- ternada, pero el órgano no llegó y su estado de salud se fue debilitando.
Su familia había publicado en Facebook una carta en la que destacaban que Justina "esperó 4 meses y luchó, con todas sus fuerzas, para que llegara ese corazón".
Justina había ingresado en la lista de espera del Incucai luego de sufrir en julio del año pasado una descompensación producto de una cardiopatía que había adquirido al año y medio por un virus, tras una neumonitis.
En septiembre tuvo otra descompensación, más grave, y entró de urgencia a terapia intensiva. Dos días después, cuando todos sus órganos se descompensaron, la nena debió ser conectada a un soporte cardíaco y respiratorio (ECMO) mientras aguardaba en emergencia nacional un corazón para el trasplante.
Justina tuvo más de 10 operativos (posibilidades de recibir un corazones). Sin embargo, ninguno pudo concretarse: en algunos casos porque había pacientes de mayor gravedad, en otros casos por falta de compatibilidad. ■