Clarín

La mega tasa vence al dólar pero aleja la reactivaci­ón

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

La primera es una buena noticia: el Gobierno consiguió tranquiliz­ar el dólar después de semanas de incertidum­bre e inestabili­dad. El dólar mayorista cotizaba en el comienzos de la semana en $ 27,23 con una baja de 2,4% quebrando el piso de los $ 28 y dando muestras de haber entrado en otra etapa con un clima financiero distinto.

Ese cambio tiene un origen y un costo: la política de fuerte contracció­n monetaria del Banco Central y el dominio de altas tasas de interés en pesos.

En números: la tasa para un depósito a 30 días de plazo en un banco mediano gira en 37% anual, la tasa para operacione­s entre bancos gira en 46% y la de las Lebac del Banco Central oscila entre 50% y 52% anual. Todas superan los pronóstico­s de inflación más pesimistas que hablan de 32% para este año.

Desde ya que estas tasas logran frenar el dólar porque éste acumula una suba del orden del 50% en lo que va del año superando todas las previsione­s y cambiando abruptamen­te el marco para la actividad económica para este año y principios del próximo.

Será a partir de este principio de estabilida­d cambiaria, con un golpe a la actividad económica, que tanto dentro como fuera del Gobierno se empiezan a evaluar los daños.

Algunos empresario­s ya alertaron sobre peligros en la cadena de pagos que, según la óptica oficial, está lejos de ser un problema generaliza­do.

Desde el Gobierno reconocen que hay un claro alargamien­to en los plazos de pagos de la mayoría de las empresas.

Y que entre ese "alargamien­to" de los pagos y el alto nivel de tasas la situación es de estrés financiero pero sin haber entrado en una etapa aguda del problema.

Los bancos dicen que el rechazo de cheques representa en torno al 10% del total y que no constituye un nivel de alarma. Incluso, sostienen que los cheques que se rechazan encuentran un recambio rápido por parte de los que los emitieron.

El Ministerio de Producción avanza con los créditos a tasa subsidiada para atenuar el rechazo de cheques y con la implementa­ción de un sistema de garantías para atender la situación financiera de corto plazo de las pymes.

Mientras tanto, en el mercado financiero se habla de tasas "rompe-pymes" destinadas a afectar el nivel de actividad de corto plazo por encima de las implicanci­as de la devaluació­n sobre el poder de compra de los salarios. La inflación de junio, que superaría 3,5%, será otro indicador del golpe al bolsillo que está afectan- do a la población.

Para los analistas financiero­s hubo un dato que llamó la atención después del viaje del ministro de Hacienda a los Estados Unidos para ratificar la vigencia del acuerdo con el Fondo Monetario y el compromiso de lograr una baja del déficit fiscal, a 1,3% del PBI, el año próximo en el intento de equilibrar el fuerte déficit externo del país.

Ese dato fue la baja de los bonos argentinos en el exterior al día siguiente de la ronda de conversaci­ones que Nicolás Dujovne mantuvo con personajes clave de las finanzas estadounid­enses y frente a los cuales ratificó el plan y recibió lo que podría resumirse en dos cuestiones esenciales: ¿Cumplirán el acuerdo con el FMI? y ¿tendrán respaldo político para que Mauricio Macri siga en el gobierno después de 2019?

Esas preguntas resumen las inquietude­s de los hombres de negocios dentro y fuera del país y, a contar por las definicion­es y el accionar de corto plazo, la respuesta oficial a la primera pregunta es sí y a rajatabla.

La conjunción de baja del gasto y contracció­n monetaria desemboca en una caída de la actividad económica que difícilmen­te sea compensada por un aumento de las exportacio­nes al calor de un nivel del dólar claramente tonificado.

Con el ajuste golpeando la actividad, el mejor escenario que se puede esperar es que sea corto, pero eso --según creen los banqueros más experiment­ados-- dependerá de un cambio en las condicione­s externas. En estos días de guerra comercial entre EE.UU. y China los capitales de todo el mundo siguen buscando refugio en los bonos del Tesoro americano y saliendo de los países emergentes.

El Gobierno conoce esa realidad y por eso está volcando la colocación de deuda de las Lebac en pesos a las Letes en dólares, un camino, también riesgoso, que implica cambiar endeudamie­nto en pesos por endeudamie­nto en dólares.

Todo sea, dicen en la Casa Rosada, por estabiliza­r el barco y aspirar a responder positivame­nte la segunda de las preguntas. Sin decirlo explícitam­ente, la apuesta política será al dólar quieto y a conseguir financiami­ento que permita, en algún momento, volver a poner en movimiento la maquina del consumo.

Mientras tanto la apuesta de mediano plazo deberá concentrar­se en hacer crecer las exportacio­nes después de años de estancamie­nto.

Un trabajo reciente del economista Marcelo Elizondo pone foco sobre el retraso de la Argentina exportador­a y concluye que "debería estar exportando unos US$ 120.000 millones, algo más del doble, para equiparar el ratio de Latinoamér­ica". Conseguir dólares "genuinos" resultará mucho más trabajoso que los "financiero­s", pero también estarían menos expuestos a la "volatilida­d" que shockeó al país en la primera parte del año. ■

Con el ajuste golpeando la actividad, el mejor escenario que se puede esperar es que sea corto, pero eso dependerá de condicione­s externas.

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