Si hubiera un oro para la garra, Baiocchi lo ganaría
En la segunda vuelta de los 3.000 metros con obstáculos la pisaron. Y enseguida quedó descalza. Pero llegó.
Se sabe que ese plus que aportan los atletas argentinos en cada competencia, cualquiera sea el deporte y la disciplina, los distingue a nivel mundial. No se trata de una frase hecha sin sustento. Desde Bell Ville emergió otro ejemplo. La mediofondista Clara Baiocchi, de 18 años, debutó en el Mundial Sub 20 de atletismo de Tampere con una curiosidad. O, más bien, un escollo extra a los 3.000 metros con obstáculos que debió superar.
En la primera serie y al cabo de la segunda vuelta, a Baiocchi le pisaron el pie y corrió con el talón fuera de la zapatilla. A la siguiente se le salió por completo y decidió continuar con su pie derecho descalzo. A esa altura el desafío de permanecer en el lote de los que lideraban la carrera pasó a un segundo plano. La cordobesa estaba decidida a completarla. Y cumplió con creces.
A pesar del imponderable, logró finalizar 13ª en la primera de las tres se- ries pautadas con un tiempo de 10m44s92. Esa prueba fue ganada por la favorita keniata Celliphine Chespol que registró 9m45s60. Para dimensionar su actuación es oportuna la comparación: con su pie descalzo, ampollado, lastimado y sangrando por los pisotones, Baiocchi finalizó, en la tabla general, penúltima superando a la eslovaca Karin Gosek (10m57s31). Además, y pese a la enorme desventaja que debió ofrecer, otras dos atletas sólo la superaron por apenas unas centésimas: 37ª quedó la tunecina Marwa Bou Ghanmi con 10m44s23 y 38ª, la italiana Linda Palumbo con 10m44s68.
Una vez concluida su participación, Baiocchi expresó sus emociones mediante una publicación en su cuenta personal de Instagram en la que detalló lo acontecido. “Estoy feliz de saber que se hizo lo mejor para llegar hasta acá y que se dio lo mejor. ¡No puedo describir lo agradecida que estoy con tanta gente que estuvo, está y estará apoyando! ¡Gracias familia por el aguante! Ahora a seguir aprendiendo, mejorando y creciendo”, señaló.
El agradecimiento de Baiocchi a su familia también tiene una explicación clara. Su mamá Patricia es su entrenadora y dentro del núcleo familiar tuvieron que reorganizarse cuando ella se clasificó al Mundial. Es que tras haber finalizado el colegio el año pasado, en sus planes estaba comenzar el profesorado de Educación física. Pero el desafío deportivo tomó el centro de la escena y comenzó la preparación, tanto en lo físico como en la logística del viaje.
“Consideramos que no hace falta que se vaya a ningún lado para entrenarse porque acá, en Bell Ville, tiene todo. Algunos deportistas han perdido su esencia para ir a entrenar a otro lado”, había declarado su madre en una entrevista con el diario La Voz del Interior. Y Baiocchi agregó: “Para juntar dinero para los gastos de la preparación hicimos unos bonos contribución con premios que fueron aportados por las empresas que me apoyan en Bell Ville. La gente colaboró muchísimo y fue mejor de lo que esperaba”.
Ella exhibió el esfuerzo en la pista con una condición inamovible: la actitud no se negocia. ■