Un “cara a cara” muy esperado y pocos resultados tangibles
En detalle. La disputa por la injerencia rusa en la campaña electoral de EE.UU. ganó los titulares. También se habló de la guerra en Siria, Ucrania y el comercio global.
¿En qué radica la importancia de la cumbre bilateral en Helsinki?
En el hecho de que es el primer “cara a cara” entre el líder de la Casa Blanca y el jefe del Kremlin, mandatarios de dos países que han sido históricos enemigos desde la Guerra Fría, cuando Moscú era la capital de la extinta Unión Soviética, y que continúan aún hoy su rivalidad en varios campos. Especialmente, desde el momento en que Vladimir Putin es visto como un líder autoritario y poco inclinado a respetar la legalidad internacional. Pero el encuentro no deja muchos resultados palpables.
¿Cuál es el principal punto que complicó el encuentro de ayer?
Sin dudas, todas las evidencias acumuladas por los servicios de inteligencia de Estados Unidos (la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y aún el FBI) según las cuales el Kremlin tuvo influencia en la última elección presidencial para favorecer la llegada al poder de Donald Trump. El magnate inmobiliario y Putin negaron que Moscú haya buscado arruinar las chances electorales de la rival de Trump, la demócrata Hillary Clinton, en una trama que se conoce co- mo Rusiagate. Para colmo, Trump desacreditó a sus propios funcionarios de inteligencia, lo que disparó una ola de repudios en Estados Unidos.
¿Qué pueden esperar Moscú y Washington de esta cita?
Para el Kremlin, la sola celebración de la reunión ya es una victoria, pues llevaba tiempo intentando celebrarla, pero siempre se encontraba con la reticencia de la Casa Blanca. No obstan- te, no deberían esperarse muchos “avances” de esta cumbre. No hubo anuncios concretos sobre cuestiones espinosas como la guerra en Siria, el conflicto en Ucrania o las sanciones occidentales que desde 2014 golpean la economía rusa y que, sin duda, estuvieron en el menú de lo conversado.
¿Cómo podrían mejorar las relaciones bilaterales tras esta cumbre?
El camino es largo. Putin habló de abordar una propuesta rusa sobre control de aramamento nuclear. Y hubo un flojo acuerdo para que los expertos evalúen el futuro de las relaciones ruso-estadoundienses. No se habló de otros acuerdos más sencillos que podrían haberse alcanzado, como que Rusia, Estados Unidos y la OTAN lleven a cabo de forma menos provocadora sus sobrevuelos del mar Báltico y el mar Negro. También habría sido sencillo dar marcha atrás en las expulsiones mutuas de diplomáticos y el cierre de consulados. La mutua desconfianza obstaculiza el acercamiento. “La atmósfera política en ambas capitales es tal que cada propuesta de compromiso inevitablemente hace que surjan acusaciones de capitulación y traición a los intereses nacionales”, afirman expertos del centro de análisis Carnegie.
¿Hay un ganador en esta cumbre? Los analistas estiman que el ruso Putin obtuvo más ventajas que las de su colega estadounidense y que la cita le resultó un reconocimiento informal de Rusia como gran potencia. Trump se atribuye haber revitalizado las relaciones bilaterales en unas pocas horas de conversación. A nivel personal puede haberlo logrado. Pero hay poco contenido para mostrar, ni siquiera una declaración conjunta como la emitida tras la cumbre con el norcoreano Kim Jong-un. ■
Los analistas estiman que el ruso Putin logró más ganancias que su colega de la Casa Blanca