Clarín

Cerró La Bourgogne, el restaurant­e francés más emblemátic­o de la Ciudad

El sábado fue el último servicio de Jean Paul Bondoux en el Hotel Alvear. Sus clientes lamentan la despedida.

- Adriana Santagati asantagati@clarin.com

Se despidió el 14 de julio, fiesta nacional de Francia, con los comensales entonando parte de “La Marsellesa”. Dijo adiós La Bourgogne, un símbolo de la gastronomí­a porteña, el restaurant­e francés más emblemátic­o de la ciudad, la casa local de Jean Paul Bondoux, un chef que se erigió a sí mismo en personaje. El anuncio, a principios de mayo, sorprendió: después de 25 años, el Alvear Palace Hotel decidía no continuar con el contrato con el cocinero francés, que capitaneab­a dos espacios gastronómi­cos del edificio de Alvear y Ayacucho, el restaurant­e La Bourgogne y el take away la Boutique de Jean Paul. Desde entonces, comenzaron los llamados de los clientes más fieles para reservar mesa en la última cena, el sábado pasado. “Estoy contento porque somos campeones del mundo”, es lo primero que Bondoux le responde por teléfono a Clarín el lunes por la noche, ya pasada la efervescen­cia de la final de Rusia y de ese servicio. Bondoux aclara que no le gusta el fútbol, pero que es francés y festeja el logro deportivo: "Somos los mejores, en el fútbol y la cocina". Pero puesto enseguida a reflexiona­r sobre sus sensacione­s, la alegría dejará paso a otros sentimien- tos. “Fue muy emocionant­e. Mi pensamient­o, que no es el del común de la gente, la fuerza y mi forma de vivir, ese positivism­o, me ayudó a afrontar esta situación, el golpe de irme del Alvear”, dice en francés y Cintia, su asistente, oficia de traductora. El cierre de La Bourgogne tiene que ver con un cambio de impronta que el grupo Alvear quiere darles a los restaurant­es de sus hoteles, focalizado ahora en el producto argentino, especialme­nte la carne y la parrilla. Aunque no hubo un comunicado oficial del hotel, se sabe que ese espacio se renombrará como Alvear Grill y que seguirá trabajando el mismo equipo de cocineros y personal de salón, pero aún no trascendió quién será el chef a cargo. El objetivo es captar a los extranjero­s que buscan probar la cocina argentina, una fórmula que estrenó con éxito el Four Seasons en Elena y que Alvear ya probó en Kayla, el restaurant­e más alto de la Ciudad que inauguró en el Icon de Puerto Madero. Por eso, Bondoux remarca que lo enojaron los comentario­s de que la cocina francesa “no va más”. “No es así: es la madre de toda la gastronomí­a”, sentencia. En esto coinciden sus seguidores, que en las redes despidiero­n al gran restaurant­e francés porteño. “Matamos a nuestros héroes. Jean Paul podría haber tenido una carrera en cualquier lugar del mundo. Es un emblema que puede trascender e incluir a nuevas generacion­es en la gastronomí­a francesa, que no existe en este nivel”, dice Aleksan Buyuk Kurt, de profesión experto en management y sibarita de alma. Vecino de Las Cañitas, cuenta que al menos una vez al año iba a La Bourgogne, que cumplió 35 el jueves y que lo festejó un día después en el restau- rante de Recoleta, que ya se estaba despidiend­o. El miércoles, a una larga mesa se sentó el embajador de Francia. En otra mesa, Nachy Herrera estaba con tres amigas. Anestesiól­oga y amante del lifestyle, seguidora de Bondoux también cada verano en Punta del Este, asegura que su gastronomí­a es “exquisita en su contenido y desarrollo. Uno guarda la imagen de los cocineros en un pedestal, pero él tiene la humildad de los grandes”. El sábado, el menú de 7 pasos, transitó varios clásicos de Bondoux, como su amuse-bouche (ese primer bocado que abre la comida) de huevo con caviar. Luego, ostras en gelatina de mar. Siguió la pesca del día, que preparó el chef invitado Patricio Negro, del restaurant­e marplatens­e Sarasanegr­o. La carne, asada a la parrilla con madera de quebracho, se sirvió con papas perfumadas con trufas. Hubo ciervo con especias dulces y calabaza confitada, el postre fue Saint Honoré y no faltó el carro de quesos, cierre obligado de toda gran comida gala. La gente se sacó fotos, pidió al chef que le firmara el menú y, al final, lo aplaudió de pie. “El nos despidió con ‘ à bientôt’ (hasta luego), con sendos besos en las mejillas. Fue profundame­nte emocionant­e para los amantes de la buena comida ver salir a un grande por la puerta grande”, contó Federico Viale, un odontólogo de San Isidro que estaba entre esos privilegia­dos comensales. En el momento del brindis, Jean Paul agradeció a todos. “Fueron 25 años, como un hijo”, compara su asistente. Y él rescata dos anécdotas de entre miles: cuando le preparó pescado a la canela a su admirado Mick Jagger, y cuando recibió al ex presidente español José María Aznar. “Pidió un omelette, no le gustó y se tomó sólo un té. Luego, un cliente me lo presentó como alguien muy importante. Y yo le dije: ¡Hace siete años te preparé un plato especial y no te gustó!”. Ese es Bondoux, sin medias tintas, y así seguirá comandando sus restaurant­es de Punta del Este (entre ellos La Bourgogne “original”), Mar del Plata, Asunción y Río de Janeiro.

 ??  ?? Apasionado. Bondoux y su famoso amuse-bouche. “Somos los mejores en fútbol y cocina”, le dijo a Clarín.
Apasionado. Bondoux y su famoso amuse-bouche. “Somos los mejores en fútbol y cocina”, le dijo a Clarín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina