Hacete amigo del juez
César Melazo fue a la casa del comisario acusado de reclutar asaltantes para desvalijar casas. “Cené y me fui”, explicó el ex magistrado, que renunció en medio de un jury en su contra.
Investigado por proteger a ladrones, el magistrado festejó el Día del Amigo con el jefe de la banda.
Se podría definir como el centro de operaciones de la organización. El quincho, ubicado al fondo de la coqueta casa del comisario Gustavo Bursztyn, en City Bell, era el lugar de encuentro de una banda liderada por policías que cometió robos y estafas durante al menos ocho años. En ese mismo lugar se repasaba el amplio menú de delitos que abarcaba la organización: asaltos a casas vacías, falsificación de papeles de autos y la detención de narcos para quedarse con sus negocios.
El lunes, tras una investigación de cuatro años encabezada por la fiscal Betina Lacki, fueron detenidos 11 sospechosos. La lista incluye a Bursztyn -jefe del Comando de Patrullas de La Plata- a otro oficial en actividad, a un policía exonerado y al promotor de seguros Mario Bertoni, hermano del campeón del Mundial 78.
Varios de ellos participaron de los asados en el búnker de calle 15 y 473, en la zona norte de La Plata. Una de esas reuniones se destaca sobre el resto. No sólo por el motivo del encuentro, sino por la presencia del por entonces juez de Garantías platense César Melazo, que compartió vino y carne casi hasta la madrugada.
El encuentro se realizó el 20 de julio de 2010, para celebrar el Día del Amigo, dos días después del robo a la vivienda de Roberto Zapata, colaborador del director técnico Néstor Craviotto y representante de jugadores. El “escruche” lo habría organizado la banda de Bursztyn y se concretó mientras la víctima celebraba su 60 aniversario en un salón de fiestas del centro de la ciudad. Fue un objetivo equivocado, porque Zapata tenía “amigos en el poder”. El asalto provocó un quiebre en la banda.
Melazo estaba en esa celebración y, además, debió intervenir porque estaba de turno. En los partes policiales se informó del faltante de 60 mil pesos. Pero hay versiones de que el botín sería millonario.
En el asado del Día del Amigo en la casa del comisario hubo reproches hacia el supuesto autor de ese atraco, Juan Farías, integrante de la banda. “Te zarpaste, Negrito. Te dije que no lo hagas y lo hiciste igual”, habría sido el reclamo del jefe policial hacia el ladrón. Así lo refieren varios testigos del festín recopilados en el pedido de detención escrito por Lacki.
Cinco meses después, Farías fue asesinado en el hall de su edificio, en 44 y 25. La sospecha de la fiscal es que se trató de un ajuste de cuentas porque el ladrón no compartió el botín con el resto de la banda. Otra hipótesis es que fue el castigo por desobedecer a su jefe.
Ese homicidio también resulta un pilar fundamental de la investigación. Allí hubo ocultamiento de pruebas y un detenido, Juan “El Quechua” Manes, que también cayó el lunes por sus vínculos con esta organización.
Por el asesinato, Manes estuvo detenido y obtuvo prisión domiciliaria. En las escuchas incorporadas en la investigación se desprende que accedió al beneficio luego de “pagar mucho”. Tiempo después se lo revocaron porque quedó involucrado en otra causa por drogas.
Esas decisiones procesales y datos obtenidos a través de las escuchas llevaron a la fiscal Lacki a investigar si la banda contaba con protección judicial. Entre los señalados están Melazo y el ex fiscal Tomás Morán. Fuentes del caso señalaron a Clarín que el funcionario retirado tendría un vínculo cercano con Bursztyn y también habría participado del asado en el quincho de City Bell.
El ex juez Melazo, quien renunció el año pasado en medio de un juicio político por mal desempeño, admitió a Clarín que estuvo en ese festejo por el Día del Amigo. “Conocía Bursztyn por mi trabajo y porque viví durante muchos años en la misma cuadra. Fui a esa casa pero no había ningún Farías. Cené y me fui. No soy amigo de esos policías. Nunca tuve causas penales en mi contra. Y siempre combatí a los delincuentes y a los que vendían drogas en 30 años de trabajo en
la Justicia. Todas las acusaciones que figuran en ese vergonzoso auto de procesamiento las hacen delincuentes. Son maniobras para ensuciarme”, evaluó el ex magistrado.
El abogado Marcelo Peña -que representa a Bursztyn y a otros policías - adelantó que la semana que viene solicitará la ampliación de la indagatoria contra su defendido. “Hay muchas cuestiones que no están claras”, explicó el letrado. Además aseguró que pedirá la nulidad de todas las escuchas porque “solo incorpora cortes descontextualizados, al único efecto de perjudicar a mi cliente”.
Bursztyn, además de jefe del Comando de Patrullas hasta su detención, fue responsable de la comisaría 2° de La Plata y de la Brigada Antinarcóticos de la capital provincial. El otro oficial detenido, Gustavo Mena, fue su segundo. Ambos están considerados líderes de la asociación ilícita.
Después de describir en más de 120 carillas una serie interminable de ilícitos, que “dan cuenta de la corrupción que permite la impunidad de la banda”, la fiscal Lakci se pregunta: “¿Cómo pudo esto ser posible?”. Y ensaya una respuesta: “Efectivos policiales que comparten información con delincuentes, bajo pretexto de actuar como informantes; que informan sobre otros delitos y gozan protección para los propios. Reuniones por el Día del amigo en la casa de un comisario al que concurren delincuentes, policías y un juez penal”. Todo eso, analiza la funcionaria, permitió que el mecanismo “siguiera funcionando”. ■