Una incertidumbre nacional que duró 77 días y terminó con el peor final
Entre los baqueanos de Esquel, expertos en el río Chubut, había un convencimiento total de que el cuerpo de Santiago Maldonado se encontraba a pocos metros de dónde había sido visto por última vez el 1 de agosto de 2017. Remarcaban que los años de recorrer la zona les indicaban que los restos de los animales y los troncos solían hundirse, después flotar e ir quedando cada vez más enredados en las raíces de los sauces de la zona. Finalmente, el cuerpo fue encontrado el 17 de octubre en el lugar donde había sido visto por última vez.
Los integrantes de la Estación de Salvamiento y Rescate de Bariloche le indicaron a sus superiores que querían volver al río después de la búsqueda que protagonizaron el 18 de septiembre de 2017 en el marco del mega operativo ordenado por el juez federal Guido Otranto. “No estamos seguros”, le dijo uno de ellos a Clarín luego de la búsqueda. Una de sus quejas era que el escenario era complejo, la corriente fuerte y que cuando se dirigieron río arriba lo hicieron en zig zag dejando sectores sin revisar.
Los buceadores y los baqueanos coincidían: había que buscar en un radio de 500 metros a partir del “Punto Cero”, el lugar en el que fue observado Maldonado por los mapuches.
En el mapa en Google Earth del río Chubut se puede ver muy claramente que es un curso de agua intrincado. Yendo hacia la derecha, río abajo, hay zonas en las que el curso de agua queda completamente cubierto por los árboles. La teoría principal de los especialistas era que el cuerpo podía bajar por la fuerza de la corriente pero no pasar de aquel sector complejo en el que incluso quedan atrapadas las balsas y los kayaks.
Al menos un físico forense y un guía experto en el Chubut llegaron a opinar, un mes antes de su aparición, que Maldonado estaba abajo de las raíces de los sauces a solo unos metros de donde había sido visto con vida. Los dos señalaron a este diario que si el cadáver estaba enredado terminaría subiendo en primavera con el alza de la temperatura del agua. La ciencia establece que los gases de la descomposición impulsan la masa hacia la superficie. El frío del sector y las raíces, reflexionaban, demorarían el proceso. ■