EE.UU. acusa a Ortega por la violencia en Nicaragua y exige elecciones libres
Lo hizo la Casa Blanca en una nota. También culpó a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
Estados Unidos responsabilizó ayer al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo, por la violencia que ya dejó un saldo de unos 450 muertos desde el inicio de las protestas antigubernamentales en abril. En una nota oficial, la Casa Blanca aseguró que ambos “son responsables en última instancia por los grupos parapoliciales favorables al gobierno que han brutalizado a su propio pueblo”. Las protestas en Nicaragua se iniciaron el 18 de abril contra una refor- ma del seguro social, pero derivaron en masivas protestas que fueron respondidas por fuerte represión y motivaron pedidos de renuncia de Daniel Ortega. La Iglesia Católica nicaragüense intenta una mediación del diálogo entre gobierno y oposición. En el documento divulgado ayer, la Casa Blanca pasó revista a las medidas adoptadas a este respecto, en especial la sanción a tres funcionarios nicaragüenses, paso que consideró “el inicio, no el fin, de potenciales sanciones”. Además, Washington revocó o restringió el otorgamiento de visas a funcionarios nicaragüenses que hayan tenido cualquier relación con represión a protestas o actos de violencia. Según la nota, la Casa Blanca tramitó la devolución de automóviles que habían sido donados a la Policía Nacional de Nicaragua y que habrían sido utilizados en la represión, y además ha bloqueado nuevas donaciones de equipos a las fuerzas de seguridad del país. El pasado martes, el vicepresidente Mike Pence ya había exigido a Ortega el fin de la violencia en Nicaragua, que consideró “patrocinada por el Estado”. En un mensaje publicado en la red Twitter, Pence también pidió que se anticipen las elecciones presidenciales previstas para 2021 en Nicaragua. Más tarde, durante una ceremonia sobre libertad religiosa que se realizó en el Departamento de Estado, Pence aseguró que en Nicaragua el gobierno “está virtualmente en gue- rra con la iglesia católica” y personas “armadas con machetes (...) han atacado templos y propiedades de la iglesia”. Sin embargo, Ortega ofreció en la semana una entrevista al canal de TV estadounidense FoxNews en la que descartó renunciar a la presidencia. De acuerdo con Ortega, “adelantar las elecciones crearía inestabilidad, inseguridad y empeoraría las cosas”. En esa entrevista el presidente Ortega también buscó reducir el tono de enfrentamiento con la Iglesia Católica, y negó que hombres armados relacionados con el gobierno hayan matado a tiros a dos jóvenes refugiados en una iglesia. En otra entrevista, realizada ayer con la cadena europea Euronews, Ortega culpó a Washington por la situación actual: “La verdad es que enfrentamos a un enemigo poderoso, que intervino militarmente en Nicaragua en diferentes ocasiones: Estados Unidos”, dijo el gobernante de 72 años, que gobernó en la década de 1980 y volvió al poder en 2007. La semana pasada, la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó una resolución en la que pide al gobierno la adopción de más sanciones contra funcionarios nicaragüenses. El texto “pide a Estados Unidos que continúe condenando las atrocidades en Nicaragua, exija la liberación de los detenidos injustamente e identifique a aquellas personas cuya participación en esta violencia califica para la imposición de sanciones”.