Un pronóstico optimista para una delegación que irá fortalecida a Georgia
Los ajedrecistas argentinos sólo tienen una obsesión: jugar la Olimpíada bianual, en la que representan al país en un equipo de cinco integrantes. Fernando Peralta ya lo hizo en siete ocasiones, en las que logró 33 puntos sobre 66 posibles, con 17 victorias, 32 tablas y 17 derrotas. Debutó como cuarto tablero en Bled 2002, fue segundo tablero en Turín 2006 y en Dresden 2008, tercero en KhantyMansiysk 2010 y primer tablero en Estambul 2012, Tromso 2014 y Bakú 2016. Del 24 de septiembre al 7 de oc- tubre, competirá en Batumi, Georgia, y le tiene fe al equipo argentino.
“Soy muy optimista para esta Olimpíada -avisa-. Llegamos mejor que a la anterior. Sandro y Diego están en un nivel tremendo. Fede y Alan estarán firmes. Y yo me voy a cuidar en estos meses: jugaré el Abierto de Sants (17 al 26 de agosto) y otro en Galicia en septiembre para ir descansado a Batumi”.
Peralta compartirá equipo junto Sandro Mareco y Diego Flores, históricos responsables de que el ajedrez argentino brillara en el exterior en marzo y en abril pasados, cuando ganaron invictos el Masters de Vietnam y el Abierto de Dubai, respectivamente. El quinteto se completa con los jóvenes Federico Pérez Ponsa y Alan Pichot, ex campeón mundial Sub 16. -¿Para qué están en la Olimpíada? -Más allá del resultado final, el objetivo es jugar un buen torneo. Que los matches sean contra equipos fuertes y que podamos puntuar. Ojalá terminemos adelante, pero la posición final es más una circunstancia que otra cosa. Por el sistema suizo con el que se juega y el sorteo en cada ronda, es cualquier cosa. Ojalá que tengamos suerte.
A Batumi irán los cinco argentinos de mejor ranking. Y en la competencia femenina serán olímpicas Carolina Luján, Claudia Amura, María Florencia Fernández, Ayelén Martínez y Marisa Zuriel.
Hay una camada joven que pide pista de a poco y juega sin temores ante los mejores. ¿Cómo ve Peralta ese escenario? “Contra ellos ya planteo las partidas de igual a igual -revela-. Conocía a Tomás Sosa desde antes y es muy fuerte. Conocí ahora a Pablo Acosta y pude comprobar que se va para arriba. Y me impresionó Kevin (Paveto), al que conocía y que a pesar de no ser tan joven, tuvo la capacidad para mejorar. Lo vi mucho más maduro y con actitud”. ■