“Eternamente Beatles”, un milagro del dial
El ciclo que nació en FM Palermo, y ahora se emite los sábados a las 23 por Rivadavia (AM 630), cumple 20 años.
Un programa dedicado a Los Beatles que ya lleva más del doble de la carrera musical del grupo, quiere decir que hay mucho para contar y que Los Beatles siguen siendo un rascacielos sin fin. Martín Aragón, catedrático conductor de Eternamente Beatles, cumplió veinte años al frente del envío semanal. En el lejano y presuntamente caluroso febrero de 1998 empezó en FM Palermo y luego atravesó el dial de un lado a otro, de izquierda a derecha, demostrando la transversalidad de John, Paul, George y Ringo. En dos oportunidades su amigo Juan Alberto Badía le dio trabajo. La última vez fue poco antes de morir. Dos contratos y un consejo propio de animal de radio: “Si vas a hacer un programa temático, oxigená los contenidos”. A buen entendedor, en lo de Aragón también se escucha Motörhead.
Podría ser la típica historia de un fulano que empezó a escuchar a Los Beatles en discos de 48 RPM (imagine) y que hizo todo lo que uno puede sospechar de un fan hasta que se le ocurre reemplazar una meliflua idea radial sobre viajes y turismo por otra más sentida, romántica e irremediablemente beatle. Con el tiempo Aragón pasará a ser único en su especie. Duradero y en continuo movimiento, ganará un Martín Fierro y algo más difícil: mantendrá la fidelidad de un pauta publicitaria. Eternamente Beatles va todos los sábados, a las 23, por Radio Rivadavia. -Pregunta para avezados, Martín: ¿Qué tema de Los Beatles ya no podés escuchar más?
-Difícil. En lo personal quizá las más trilladas o con mayor rotación en los medios, como Hey Jude, Yesterday o Twist and Shout, aunque ésta última no es de ellos. Pero creo que dejando un tiempo descansar el oído, todas se pueden volver a escuchar.
-¿Existe la categoría millennial y fan de Los Beatles?
-¡Por supuesto! Y es maravilloso que ocurra. Tengo la muestra en la cantidad Millennials que se comunican con el programa, e incluso tienen el plus de estar más y mejor informados que la “vieja guardia”, por llamarla de alguna manera. Pibes que no se quedan con la historia cuadrada de Los Beatles, sino que buscan más el detalle y las aristas de cómo fueron las cosas.
-¿Por qué uno tiene la ligera impresión de que Lennon hoy estaría defendiendo a la ballena franca austral y esas cosas...?
-Es verdad. Quizá lo haría. Lennon siempre fue un transgresor, de chico. Su infancia , vivir con su tía, la muerte de la madre, todo eso lo volvió un chico con calle y un defensor de causas que para esa época no eran populares. Y una canción que quiero destacar con respecto a esto es Woman Is The Nigger Of The World, una clara defensa a la mujer hecha en 1972, cuando recién ahora se está tomando conciencia sobre la igualdad entre el hombre y la mujer. El siempre fue un adelantado…
-¿En tantos años de revisionismo lograste dilucidar, finalmente, a quién le cabe el traje de “quinto beatle”? -Con este tema fui y volví decenas de veces. Mi conclusión es que no hubo un quinto beatle. Y si lo hubo, fue rotativo: si en su momento no hubiera existido Tony Sheridan, que los hizo grabar en Hamburgo, no hubiese aparecido Brian Epstein, que tenía una disquería en Liverpool donde la gente iba a pedir el simple de My Bonnie. Esto lo llevó a Brian a acercarse a The Cavern y conocerlos, aún con Pete Best en batería. Y luego Epstein fue quien consiguió la audiencia con el productor George Martin. Musicalmente, muchos biógrafos dan a este último la categoría de “quinto beatle”, pero sin los mencionados nunca hubiera llegado a él. También podemos nombrar al road manager Neil Aspinall.
-Cuando oxigenás la música de Los Beatles, siguiendo ese consejo de Juan Alberto Badía, ¿a quién te permitiste descubrir?
-En la misma línea es difícil porque no encuentro una banda con tanta diversidad y desarrollo. Me pasa más con discos puntales como Pet Sounds, de los Beach Boys o algo de los Stones. El oxígeno que decía Badía me gusta que sea más brusco. Tengo un segmento que se llama “El Rincón García” y allí nos deleitamos con la música del genio argentino. O puedo pasar Motörhead y luego, al aire, contar que Lemmy Kilmister, su líder, era tremendo beatlemaníaco…
-¿De quién debería estar un poco celoso Paul MCCartney?
-Paul no debería estar celoso de nadie. Estoy convencido de que es un genio de la música y que nosotros, al ser contemporáneos, no le damos el valor justo. Ahora está sacando un disco a sus 76 años y con sus dos primeros cortes anda sonando en las radios a la par de Ed Sheeran y Taylor Swift. La muerte de Lennon condena a Paul a un injusto segundo lugar, pero el principal responsable de todo fue él. Paul siempre estuvo en ese rol y con el fatídico desenlace no hay vuelta atrás: Lennon es leyenda. -¿Después de 20 años de programa se acaban los misterios?
-No, en absoluto. Logramos tener un equilibrio, y cuando digo logramos me gustaría nombrar a Marisa Domínguez, que fue productora de Juan Alberto Badia, a Marcos Aragón y a Ignacio D’Amato. Entre el fiel oyente de años y el que sintoniza por primera vez el programa siempre estará la perlita, lo que no se encuentra editado y también lo clásico. Esta combinación hace que tanto los melómanos como un oyente casual encuentre un espacio de disfrute.
-¿El monotema te convirtió en coleccionista?
-Sí. Aunque yo era coleccionista de la música de Los Beatles antes de comenzar el programa. Después uno sigue adquiriendo lo que va saliendo y sobre todo lo que ellos siguieron editando como solistas. Ni hablar de las ediciones de lujo aniversario. Imposible resistirse a no tenerlos. Pero lo mío es música y libros, que es lo que puedo volcar al aire. Tengo muy pocos objetos beatle. ■