El poder de la metáfora
Los dictadores del “Proceso” negaban la evidencia, a los desaparecidos. La diputada Victoria Donda, víctima de aquella dictadura, niega la evidencia del caso Maldonado y habla de “desaparición y asesinato”, al igual que un film de próximo estreno. Según la ciencia médica y judicial, Maldonado no fue asesinado, murió ahogado en un riacho helado del sur, y si estuvo “desaparecido” lo fue porque quienes conocían su destino lo ocultaron con fines políticos. ¿Qué une en una misma estrategia a dos pensamientos opuestos? La fascinación por el pensamiento y el lenguaje totalitarios, por el accionar que emana de la propia convicción, y que luego busca un sistema de valores que le adjudique apariencia de correcto. En la Argentina de hoy ya no se discuten ideas; lo que está en juego es la prerrogativa de la interpretación, poco importa que ella se ajuste o no a la verdad. El pensamiento totalitario sabe que la explicación, difusión y aplicación práctica de una idea es, desde el principio, un recurso de poder inmune a la realidad. Y si la realidad insiste, hay que falsificarla. Los trágicos años 70 lo pregonan a cada rato y es bueno recordarlo en estos días, cuando algunos personajes del albañal político impulsan, como metáfora, fusilamientos en Plaza de Mayo.