A propósito de los jabalíes y la práctica de la atención plena
Psicóloga. Autora de “El secreto de Emilia, mindfulness para niños y niñas” y “Atención Plena para niños y adolescentes”
Tal como fue de público conocimiento en el caso del rescate de los jóvenes perdidos en la cueva de Tailandia, el entrenador del equipo de fútbol tailandés hizo una diferencia significativa con cómo se mostraba ante él mismo ante cada uno de los chicos para que cada uno pudiera lidiar con el hambre, la incertidumbre, angustia y sufrimiento que experimentaban. Su liderazgo activó los recursos personales de cada uno de ellos, además de fortalecer el sistema humano que conformaban.
Este joven buscó ejercer el liderazgo más conciente que alcanzó. Pueba de ello es la forma en que se comportó en cada una de las fases de esta conmovedora experiencia.
A partir de la información compartida en redes y medios de comunicación globales se divulgó que estos chicos practicaron meditación en las cuevas de Tham Luang. Varias notas se preguntaron cómo incide la meditación en momentos de estrés.
Los estudios de evaluación de la práctica de atención plena (mindfulness en inglés) con menores de edad se han realizado primordialmente en ámbitos educativos formales. También hay trabajos al respecto en el ámbito familiar (mindful parenting).
En términos generales, podemos decir que las evidencias rescatan que los chicos y adolescentes que practican mindfulness incrementan su capacidad de regular emociones frente al estrés; de mejorar su memoria al aprender, su concentración atencional y también su empatía en la resolución de conflictos. Estos menores siempre aprenden de algún adulto referente (padre, profesor, profesional, etc). Enfatizo que somos los adultos responsables de los menores los que hacemos la diferencia con nuestra calidad de presencia, disponibilidad, conexión.
Es muy importante resaltar por ejemplo que así como alguien va al gimnasio para entrenar su fuerza y flexibilidad y las utiliza al levantar su equipaje y guardarlo en un baúl, con el entrenamiento de la atención plena sucede lo mismo. Aprendemos mediante cierto entrenamiento e incrementamos nuestros recursos para cuando los necesitamos.
Afrontar la realidad y manejarse con los pensamientos, emociones y el propio cuerpo es el resultado de cierto entrenamiento. Aún sin estar seguros de qué aprendieron o no los jabalíes en la cueva, la actitud del entrenador resultante de su práctica meditativa al combinar atención, intención y comportamiento fue clave. Él se dio cuenta de lo que sucedía mientras a la vez cultivaba su capacidad de elegir cómo responder.
Y quiero resaltar que todos los que aprenden a cultivar atención plena pueden hacer una diferencia al conectar con lo que sea que esté sucediendo en su vida, ampliando su capacidad de percibir concientemente y relacionarse con las circunstancias.
No es para nada sencillo evaluar, medir y dimensionar todas las variables naturales, humanas y tecnológicas que han incidido e intervenido en el rescate de estos menores en Tailandia. Esta situación los expuso a condiciones bien extremas de supervivencia.
En la vida cotidiana actual en nuestro país, sin tener que llegar a los extremos imponderables mencionados, los padres, docentes y profesionales de la salud podemos aprender y enseñarle a las generaciones más jóvenes a estar mejor preparados para encarar la incertidumbre y el malestar inherentes a la vida además de poder regular la ansiedad y el estrés al que nos vemos expuestos día a día. ■