Un hombre discutió con un chico de 17 años que pintaba grafitis, le disparó y lo mató
Lo vio bajar de la terraza, le tiró y le dio en la yugular. Fue detenido y le secuestraron armas.
Otra vez la violencia, y extrema, en la Ciudad. Un vecino de Almagro mató a tiros a un chico colombiano de 17 años que pintaba grafitis. Lo sorprendió cuando bajaba de la terraza de su casa, ubicada sobre Gascón a metros de Córdoba, y le disparó.
Todo ocurrió a las 4.10 del lunes pero se supo ayer. Cristian Felipe Rodríguez Martínez, quien había llegado al país hace tres años y trabajaba como barbero, estaba junto a unos amigos pintando grafitis en esa cuadra. “Al parecer alguien llamó al 911 para avisar pero, cuando llegó el patrullero, los chicos se habían escondido. Parecía como que se habían ido”, explicaron fuentes judiciales.
Cuando el móvil de la Policía se fue del lugar, Cristian y sus amigos empezaron a bajar desde el techo de una casa, ubicada en Gascón 1075, hacia la vereda. El dueño de esa propiedad se asomó por la ventana y, al verlo descolgarse por la pared, le habría gritado. Algunas versiones indican que habría pensado que era un ladrón. “No estoy haciendo nada malo: estoy pintando graffitis”, le habría contestado Cristian, según contaron a Clarín fuentes con acceso al expediente de este caso.
La respuesta Christian Jesús Arbaje, de 38 años, fue a los tiros: el chico se desplomó sobre la vereda y quedó tendido ahí, herido. Los amigos de Cristian habrían intentado huir. Los investigadores sospechan que el vecino les habría disparado también.
En tanto, Cristian fue traslado al Hospital Durand, con un “politrauma grave y una herida compatible con orificio de bala sobre la yugular del lado derecho”. Murió a las 5.10 del lunes.
Juliana, hermana de la víctima, dijo que le confirmaron, “con los exámenes correspondientes, que habían sido tres tiros y que él había muerto a causa de eso”.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°31 ordenó detener a Arbaje, acusado de homicidio. En su casa secuestraron 47 cartuchos de bala calibre 22 largo, un proyectil encamisado deformado, un arma de acción neumática calibre 4.5, 86 balines y dos cartuchos a bala calibre 22 corto.
Juliana también contó que Cristian “trabajaba y estudiaba, y al grafiti sólo lo utilizaba como hobbie, era su arte. En sus momentos de tristeza o felicidad lo hacía. Era su forma de expresarse”.
Hay antecedentes que muestran que no se trató de un hecho de violencia aislado. La semana pasada un joven dejó el auto en un lugar para discapacitados en Caballito y le pegaron con una piedra en la cabeza. En febrero, una mujer fue agredida por un desconocido de día en Palermo. Y en enero un hombre discutió con otro en la fila del supermercado en Lanús y le pegó cinco tiros, tras lo cual fue internado en un psiquiátrico. ■