Una competición con liderazgo argentino
Como sucedía en el siglo XX con los Mundiales, la Intercontinental -cruce del campeón de América versus el de Europa- reflejaba la paridad de fuerzas futbolísticas entre los dos continentes. De hecho, al cabo de 43 realizaciones, los clubes de nuestra región sacaron mínima ventaja: 22 a 21. Tres factores lo explican.
1) Localías inexpugnables. Ningún europeo logró ganar en Sudamérica. Y eso que vinieron equipazos como el Real Madrid de Di Stéfano, el Milan de Rivera, el Ajax de Cruyff y el Bayern Munich de Beckenbauer. Fue un elemento clave en una competencia con formato de ida y vuelta.
2) Planteles estables. En los 60 y 70, futbolistas como Spencer (Peñarol), Verón padre (Estudiantes), Bochini (Independiente), Alonso (River), Gatti (Boca) y Zico (Flamengo) permanecían mucho tiempo en sus equipos.
3) Importación limitada. Los europeos estaban impedidos de contratar extranjeros en forma indiscriminada. Un ejemplo: cuando Barcelona llevó a Maradona, en 1982, debió desprenderse del danés Simonsen. Diego y el alemán Schuster quedaron como los únicos foráneos de la nómina.
En aquella vieja Intercontinental, Argentina confirmó el valor de su fútbol con nueve títulos: tres de Boca, dos de Independiente, uno de Racing, Estudiantes, River y Vélez. Uruguay sumó seis, Brasil también y Paraguay uno. ■