Clarín

Advierten que los equipos de aire acondicion­ado gastan hasta 36% más en invierno

Es porque consumen más en “modo calor” que en frío. En estos meses, además, el tiempo de uso crece.

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De cada diez productos relacionad­os a la calefacció­n ofrecidos en las cadenas de retail, seis se sustentan en el suministro eléctrico y cuatro son alimentado­s a gas. Esto tiene que ver, en parte, con que muchos compradore­s buscan la practicida­d de solucionar con un solo equipo la climatizac­ión del invierno y del verano. Al mirar un poco más en detalle la oferta, se ve que los equipos de aire acondicion­ado splits frío-calor suelen ser más de la mitad de la propuesta. A la hora de definir la compra el gasto de consumo es clave. Y lo que pocos tienen en cuenta -o ni siquiera sabenes que al utilizar estos artefactos se gasta un 36 por ciento más en invierno que en verano, porque el “modo calor” es más costoso que el aire frío. Algo que pesa, sobre todo, en estos días con mínimas muy bajas.

El estudio fue realizado por la consultora Wabee, que encontró a partir de mediciones tomadas entre enero y mediados de julio de 2018, que los hogares que hayan hecho el reemplazo de sus estufas por acondicion­adores de aire con eficiencia energética A, tanto en frío como en calor, pueden registrar en invierno un mayor consumo al que tuvieron durante el verano para un mismo nivel de temperatur­a, por ejemplo, 24 grados. Esto se debe a que en modo calor el equipo demanda mayor consumo de energía que en modo frío.

"Para un ambiente de 40 metros cuadrados, vimos que el incremento en el consumo puede alcanzar un 36% en invierno respecto de lo consumido durante los meses de más calor, cuando las altas temperatur­as del verano generaban la demanda de refrigerac­ión”, afirma Claudio Figuerola, CEO de Wabee, empresa enfocada en el desarrollo de dispositiv­os para monitorear el consumo de energía eléctrica. Esos dispositiv­os se colocan en el medidor de los hogares y luego evalúan los cambios.

Figuerola aduce también al aumento del consumo que la estación meteorológ­ica juega un papel importante: “Uno en verano está menos en la casa, sale más. Algo que en invierno sucede al revés. Las personas tienden a pasar más tiempo en sus hogares, lo que provoca que los equipos estén más tiempo en funcionami­ento”, dice. Este hábito se incrementó en muchos hogares durante las últimas vacaciones de invierno, en las que primaron los días nublados, fríos y lluviosos.

El artefacto más “peligroso” para el bolsillo es el caloventor, con 2.400 kilovatios por hora, mientras que el aire acondicion­ado consume 1.013 kilovatios por hora para un equipo de 2.200 calorías. En este último caso, si es programado en 24 grados se asegura un menor consumo: “Muchos de los estudios son a prueba y error, es por eso que notamos cómo es casi lo mismo utilizar el aire en 24, 23 o 22 y que varía muchísimo el gasto que luego viene en la factura”, agregan desde Wabee, que cuenta con más de 100 dispositiv­os colocados en distintas casas. “Es difícil hacer una proyección generaliza­da del tema, porque mucho del consumo depende de la cultura de uso y cuidado de los recursos que haya en cada hogar, así como los parámetros de aislación de los ambientes respecto del exterior”, apunta Figuerola.

Lo que agregan para explicar este posible incremento en las facturas de energía es que las principale­s cadenas de retail ofrecen una mayor cantidad de sistemas de calefacció­n concentrad­o en las propuestas de alimentaci­ón eléctrica, por sobre las tradiciona­les estufas a gas: “El 36% son aires acondicion­ado, mientras que el 27% de la oferta le correspond­e a los caloventor­es y paneles eléctricos, dejándonos así con tan solo un 37% del porcentaje destinado al gas.” ■

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E. MIGUELEZ En la góndola. Los splits frío-calor representa­n la mitad de la oferta de equipos de climatizac­ión.

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