La doble sensación que provoca la transferencia de Piris Da Motta
Queda una inquietud deportiva: el paraguayo era clave en el medio. En su lugar hoy podría llegar Sebastián Pérez.
Aquel inolvidable entrenador de los Matadores, el brasileño Tim, siempre apelaba a la figura de la "manta corta" para referirse al juego y a los efectos de las diversas propuestas futboleras. Se trata de una ocurrencia que suele rescatarse muy seguido y que ahora también aplica a la transferencia repentina de Robert Piris Da Motta al Flamengo de Brasil.
Por el paraguayo de 24 años que arribó en enero de 2017 como una apuesta, Flamengo pagará 6.300.000 dólares. De ese monto, a San Lorenzo ingresarán 3.900.000 dólares. Cuando lo incorporó lo hizo por una inversión económica del Villarreal de España. Ahí acordaron que en una futura venta el club de Boedo embolsaría 1.500.000 de dólares. Luego, el excedente se repartiría en partes iguales con el club español. Entonces, San Lorenzo percibirá otros 2.400.000 correspondientes al 50 por ciento de los restantes 4.800.000.
¿Es un buen negocio por un hombre clave en una zona medular del equipo? ¿Resulta una cifra que justifica el golpe deportivo que representa la pérdida de un volante central titular y joven, con proyección y presencias en la selección de Paraguay?
La venta de Piris Da Motta es positiva si se repara en que San Lorenzo no invirtió un peso y, después de un año y medio en el que además utilizó al jugador, recibe casi 4.000.000 de dólares. Es real que podría haberlo retenido pensando en una transferencia más jugosa dentro de un tiempo, algo tan cierto como que el club de Boedo forma parte de un fútbol vendedor y vive una realidad puntual que demuestra que le cuesta una inmensidad colocar futbolistas en el exterior en cifras conmovedoras.
Aquí, claro, influyó el deseo del jugador, seducido por un contrato de cuatro años que le ofrece el Flamengo con números muy superiores.
Observada desde la vereda de enfrente, la operación es negativa en lo deportivo. Piris Da Motta se trataba de uno de los aciertos de Claudio Biaggio y había protagonizado la renovación que se imponía en el espacio de Juan Mercier, el histórico campeón de América que culminó su ciclo en el club en el último torneo.
A San Lorenzo le sucede algo parecido a lo que vivió en el inicio del semestre pasado, cuando peleaba el torneo con Boca y terminó transfiriendo a Ezequiel Cerutti, quien era determinante en la ofensiva, el más desequilibrante. Vaya si lo sintió el equipo, más allá de su clasificación a la Copa Libertadores.
Ahora, a un puñado de días del arranque de la Superliga y con las participaciones ya iniciadas en la Copa Sudamericana y en la Copa Argentina, se va Piris Da Motta y deja un lugar vacío en la mitad de la cancha.
A un equipo al que le cuesta desequilibrar arriba, tan vacío de luces y de fantasías que había resuelto reforzarse en ofensiva tras la caída con Temuco (hoy podrían existir novedades sobre Matías Suárez, de Belgrano), ahora se le marcha una pieza clave para equilibrar del medio hacia atrás.
No es un tema menor. Por eso hoy mismo Lammens se reunirá con Daniel Angelici: interesa Sebastián Pérez. A Boca le conviene transferir al colombiano para liberar el cupo que le permita sumar al uruguayo Lucas Olaza. A Racing, por el 30 por ciento del pase de Pérez, Boca le había pedido 1.000.000 de dólares. ¿Lo cotizará igual para San Lorenzo? Mientras, el Pampa Biaggio espera ansioso porque la manta de su San Lorenzo cada vez es más corta. ■