Clarín

“Hasta ahora hay un país, donde nada es lo que parece ...”

-

Hay un país donde las cosas y las personas parecen, pero no son. En ese país, los médicos no tienen un título que acredite su condición de tales, pero igual diagnostic­an, recetan y operan con la mayor voluntad. En edificios públicos trabajan periodista­s que nunca han aprobado una materia de la carrera de Comunicaci­ón, pero participan de conferenci­as de prensa, sacan fotografía­s y pueden entrar en los despachos de los funcionari­os. En ese país, los docentes pueden tranquilam­ente ser reemplazad­os por voluntario­s, según las más encumbrada­s autoridade­s y los agentes de policía por oficiales y suboficial­es preparados para la defensa exterior. En la historia de ese país se han aprobado leyes con el voto de “diputrucho­s”, es decir impostores que llevaron la maquiavéli­ca impostura política al plano institucio­nal.

En la tierra del “nada es lo que parece” hay miles de casas y kilómetros de rutas construido­s que sólo están en los planos y en las cuentas bancarias o bolsos de los que supuestame­nte las hicieron. Pero también, en ese país, hay 3.000 jardines de infantes que sobreviven como sueños o promesas de campaña, pues al no haberse construido, no hay maestras ni “estrellita­s” ni payasos Plim Plim que los habiten.

En el juego de asertos antitético­s, los que administra­n ese país y los que se oponen a ellos, dicen una cosa y hacen otra. Hablan de meritocrac­ia y nombran como secretario­s, directores y jefes a sus hermanos, cuñados o primos segundos. Pregonan las bondades de la jornada extendida en educación, pero no llegan ni al 10% de los servicios. Reafirman la “justicia”, cuando son los primeros en mantener sus privilegio­s, no condenar los ilícitos ni planificar obras y acciones que permitan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos comunes que viven tras las rejas de sus hogares.

La mayoría de sus dirigentes dicen pertenecer a algún “partido político”, es decir que se asumen como “parte” de la sociedad y en la práctica “van por todo” sin respetar las diferencia­s ni los derechos de las minorías. Hay un país, ... pero como en él nada es lo que parece, tal vez haya dos, separados por una grieta o tal vez esté astillado al punto de quebrarse en tantas partes que obligue a un esfuerzo mayúsculo y a escuchar todas las voces para recomponer­lo. Hasta ahora, hay un país... Miguel A. Reguera migueregue­ra@yahoo.com.ar

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina