Clarín

Si se rechaza el aborto, ¿gana el Gobierno?

- Martín Zeballos Ayerza

Abogado. Miembro fundador de la Asociación Civil Abogados de Pie

La mayoría de los senadores se ha definido a favor o en contra del proyecto de ley sobre interrupci­ón voluntaria del embarazo. El escenario pareciera favorecer el rechazo. Y si esto sucede… políticame­nte ¿quién gana?

Al abrir las sesiones ordinarias del Congreso, el Presidente dijo que este debate era una deuda de la democracia. Pues bien, entonces “deuda saldada”. Verdes, celestes y “neutrales” debemos celebrarlo. En este nivel de análisis parecería que los argentinos hemos ganado madurez.

Sin embargo, hay quienes acusan a la Casa Rosada de traición a sus votantes, intromisió­n y parcialida­d. Si finalmente la ley se bloquea en el Senado, tal vez Macri podría demostrar su neutralida­d y su respeto a la voluntad legislativ­a.

En la Capital Federal habrá un malestar entre los abortistas que podrá controlars­e. La pésima redacción del texto final del proyecto que votaron los diputados es uno de los argumentos más fuertes para hacerlo. Y eso… no es culpa del Poder Ejecutivo.

Por otra parte, si el proyecto se aprobara, el bando “verde” en seguida volverá a ser opositor del gobierno. No lo consideran “suyo” y nunca lo votarían “en agradecimi­ento”.

Visto así, el rechazo podría ser una victoria del Gobierno porque le aseguraría la mayoría del electorado “celeste”, que ha sido vital en las anteriores elecciones y que puede decantar las próximas a su favor. Por eso, Mauricio Macri todavía está a tiempo de firmar la paz con sus electores pro-vida. Un sector que tal vez pueda ser menospreci­ado entre los porteños, pero que en las provincias es garantía de sustentabi­lidad para su coalición y le permitirá asegurarse aliados entre gobernador­es y legislador­es en el próximo Congreso de la Nación.

Hay situacione­s que refuerzan esta idea. Un ejemplo es el caso de Jujuy, donde los 3 senadores enarbolan el pañuelo celeste mientras que el Gobernador simpatiza con el bando verde. Sabiendo que todo senador es un gobernador en potencia, en 2019 el pueblo jujeño decidirá si quiere mantener a Morales o se inclina por alguien más.

Algo parecido parece haber motivado a Juan Carlos Marino en La Pampa a anunciar su voto celeste. Marino desde hace 28 años gana elecciones municipale­s, provincial­es y nacionales. Debe conocer bien a sus votantes. En Chaco, la diputada Aída Ayala votó en contra de ellos y ya se mostró arrepentid­a.

Peronistas como Omar Perotti (Santa Fe) y Juan Carlos Romero (Salta) lo están pensando. El primero especialme­nte, ya que aspira a ganar el sillón de la Casa Gris. A esta altura, ambos se han dado cuenta de que sacrificar los votos celestes sería más caro de lo que creían al principio.

El caso de los senadores cordobeses es más serio. De su voto depende la superviven­cia de Cambiemos en esa provincia y la competitiv­idad de cualquiera de sus fórmulas frente a un escenario de peronismo unido a nivel nacional.

Es que ha quedado claro en estas últimas semanas que la Argentina tenía un gigante dormido que ha despertado… y lleva un pañuelo celeste. Que las preferenci­as electorale­s difieren en las grandes ciudades respecto del resto del país es un dato histórico, que no debería extrañar. Sucedió con la Resolución 125 y viene siendo una tónica de la política moderna a nivel mundial. Sólo hay que pensar en los Estado Unidos y en la diferencia entre las costas (demócratas) y el centro (republican­o): éstos últimos llevaron a Donald Trump al poder, ante el asombro de muchos. También en Inglaterra las ciudades más importante­s se volcaron en contra del Brexit mientras que en el interior prevaleció la voluntad de abandonar la Unión Europea.

Ya hay solicitada­s en varios diarios provincial­es comprometi­endo el voto 2019 a la decisión de los senadores sobre el aborto. En las manifestac­iones “pro-vida” también se percibe un cambio: los “carteles de bebitos” con con-

Verdes, celestes y “neutrales” debemos celebrarlo. En este nivel de análisis, parecería que hemos ganado en madurez

No parece convenient­e para el oficialism­o insistir en la legalizaci­ón, sin un consenso significat­ivo en los votantes

signas éticas están empiezan a mutar a señales más políticas como #ConAbortoN­oTeVoto. Es un cambio de escenario que los operadores de Casa Rosada segurament­e no previeron pero que deben meditar.

Mientras no exista un consenso significat­ivo en los votantes, no parece convenient­e para el oficialism­o insistir en la legalizaci­ón el aborto. No sea que suceda lo que a Juan Manuel Santos, que impuso la paz contra la voluntad popular en Colombia y en la siguiente elección cosechó una estrepitos­a derrota.

Es mucho lo que se juega el gobierno. Todavía puede mostrarse democrátic­o y prudente frente a esa masa de votantes “que no toma el subte” pero que desde las provincias elige gobernante­s a unos y manda a otros a su casa. ■

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