“En el escenario vale todo”
Tata, que ganó en 2012, será parte del jurado de la final nacional de freestyle, mañana en el Luna Park.
Las plazas son el escenario donde los freestylers entrenan tirándose entre sí sus mejores rimas, para así llegar lo más afilados posible a las distintas batallas de improvisación. La competencia más importante es la Red Bull Batalla de los Gallos, que tendrá su final nacional este sábado 4 de agosto en el Luna Park, en donde se esperan unas 10 mil personas. Un ejemplo más del crecimiento del fenómeno del hip hop local.
Allí, los 16 mejores MC de Argentina se medirán para encontrar al nuevo campeón local, quien junto a WOS (Valentín Oliva, campeón argentino y subcampeón internacional 2017) representará al país en la final internacional 2018, que se realizará en la Argentina.
“Se tira una moneda para ver quien empieza. Tienen un minuto cada uno, y después otro round de un minuto. Te puede tocar en los dos extremos o en el medio. Esa elección es pura estrategia. Si hay empate hay una instancia mas”, explica la regla básica Tata, campeón de la Red Bull en 2012, ahora jurado.
“A la hora de juzgar hay varias cosas, como si siguen una instrumental, si tienen un flow, que es la fluidez con la que te adaptás a la música, y está lo que se dice. Trato de ver cuál es el contenido y si respetan las pautas”, agrega Cristian Sosa, su nombre original, que visitó la redacción de Clarín y mostró su talento.
“Estamos en Clarín, en la redacción, el hombre se dio vuelta para prestarme atención, eso significa que llegué, a tu mente, a tu neurona y a tu corazón también”, improvisa Tata, apoyado por las bases del beatboxer Beaxionaryo, despertando aplausos.
Luego de su triunfo en 2012, paulatinamente dejó de competir y ahora divide su tiempo entre presentaciones en distintos eventos y shows de improvisación. Además, tiene sus propios temas de rap y brinda talleres. “Hay muchas maneras de buscarse la vida. Es muy amplio y cada uno decide su camino. Hoy el hip hop tomó una gran potencia y hay muchos chicos dedicándose a esto”, cuenta.
Y hace hincapié en los artistas que comenzaron en el freestyle y hoy son figuras del trap, como son Duki, Khea, Cazzu, Dakillah. “Los pibes empezaron a hacer sus canciones, los temas pegaron y fueron creciendo sin límites. Después es como todo: todos arrancamos jugando a la pelota pero no todos somos futbolistas”, analiza sobre el fenómeno. -¿A qué se debe el crecimiento del freestyle?
-A que cualquiera lo puede hacer y no necesitas ni un peso. Es sólo práctica. Pegó en la juventud porque se dieron cuenta que adquieren muchas cosas, como una integración social, seguridad propia... También el descubrir una habilidad propia y hacer algo copado con eso.
-¿Vale todo a la hora de la competencia? ¿O hay códigos?
-Vale todo... Después queda en cada uno. Se puede tratar de ser lo más sucio posible y no hay una regla que lo impida. Después es como el boxeo, cuando se termina la pelea, las piñas se paran y está todo bien. Salvo, por ejemplo, si se murió tu mamá y te bardeo con eso. Ahí te estás yendo al pasto. Pero después se sabe que es un deporte en el cual dos personas se enfrentan a través de un ingenio, una rima. Normalmente está todo bien y queda todo ahí. ■