La corrupción K y los cuadernos de las coimas
• Los ocho cuadernos del chofer de Roberto Baratta, donde anotaba con detalle las entregas de los bolsos repletos de dólares de los sobornos, pagados al matrimonio Kirchner por empresarios vinculados a los negociados de la obra pública, permite alentar la esperanza de que, a semejanza del Brasil, la Argentina encuentre su propio “Lava Jato”.
La detención y el proceso de grandes empresarios nos recuerda que para la corrupción, como para el tango, se necesita al menos dos para bailar. La inclusión de Norberto Oyarbide en la nómina habla de un partícipe necesario para el saqueo, que no podría perpetrarse sin la participación de una Justicia que garantizara la impunidad de los delincuentes. Habrá que ver si esta nueva evidencia de la instalación de una cleptocracia de la que participaron nuestros gobernantes en connivencia con empresarios, jueces y sindicalistas, nos lleva a depurar un cáncer que hizo metástasis en el cuerpo social de nuestra República. Basta mencionar que dos ex presidentes argentinos, con múltiples procesos por enriquecimiento ilícito, en vez de purgar sus delitos en la cárcel, siguen ocupando mullidas poltronas en el senado de la Nación.
La demora en sancionar la ley de extinción de dominio, que permitiría que devuelvan al pueblo los bienes que robaron, nos hace dudar que exista voluntad política para erradicar una lacra, que explica que nuestro país siga sufriendo las consecuencias del atraso y la inflación. Luis E.Luchía-Puig luisluchiapuig@gmail.com • En realidad no se ha descubierto nada nuevo, salvo el aporte de los planos de la ruta del di- nero K, distintos a las mentiras que nos querían vender. No era la jefa de una asociación ilícita, eso es minimizar la importancia de su rol. En realidad, es la capi de tutti capi de una mafia instalada en el poder y su familia.
Sabemos que la si la Justicia aplicara en serio la “mani pulite” van a tener que construir cárceles nuevas para los empresarios de la construcción, funcionarios y amigos. Están cartelizados desde siempre, eran son y serán aportantes de todos los gobiernos, es un nicho de corrupción muy importante, generadoras de coimas. Aún me acuerdo cuando en el 2015 en una convención propiciada por la Cámara aplaudían a modo de despedida a Julio de Vido, y pensaba qué hipocresía, qué desfachatez, aplaudían el enriquecimiento ilícito que habían tenido.
Pero sabiendo cómo piensa la jefa, con sus mañas, tratará de enrarecer el ambiente ante el inminente problema judicial que se le aveci-