Una convocatoria sin precedentes
Al igual que ocurrió en la Iglesia católica, la media sanción de Diputados al proyecto que legaliza el aborto obró como un fuerte despertador en la comunidad evangélica argentina. Se trata de un conglomerado que congrega a alrededor del 10 % del total de la población según datos del Conicet y cuatro universidades nacionales de hace una década. La cifra puede ser engañosa porque si bien representa a más de cuatro millones de personas – lo cual, de todas maneras, no es poco – no da cuenta de que son mucho más practicantes que los católicos, el 75 % de la población, según ese relevamiento. Y, por tanto, más fieles a los postulados de su religión.
Por eso, el avance del proyecto – con la posibilidad real de su completa sanción en el Senado pese a las previsiones- determinó que en sólo tres semanas las iglesias evangélicas de todo el país organizaran una concentración en el Obelisco “en favor de las dos vidas”. El tema del aborto fue tan aglutinante para ellas que en la reunión en la que se decidió hacerla estaban presentes por primera vez pastores de las comunidades de las 24 provincias. “La verdad es que nos dormimos en este tema un poco y nuestra gente estaba muy preocupada”, dijo a Clarín el pastor Osvaldo Carnival, acaso el principal organizador.
En rigor, la concentración se gestó en el movimiento “Argentina oramos por vos” que surgió en 2001 ante la grave crisis que vivió el país. Tuvo el soporte de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), que agrupa a la gran mayoría de las iglesias evangélicas. Más la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (FECEP), ambas más bien conservadores en esta materia. En cambio, quedó afuera la tercera pata protestante, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), que agrupa a iglesias históricas como la metodista y la luterana y es más progresista.
La concentración de ayer mostró una conjunción de evangélicos y católicos relevante. No es que no haya una buena relación entre ambas comunidades e incluso compartieron no pocas iniciativas significativas en los últimos años como los encuentros de oración en el Luna Park. Pero la gran apertura que mostraron los evangélicos -siempre molestos con la preponderancia que el Estado le reconoce a la Iglesia católica- cristalizó una convivencia sin precedentes.
Por lo demás, los evangélicos golpearon en lo que más les duele a los políticos en un comunicado. Tras recordar allí que en los períodos electorales muchos visitan sus templos para obtener votos, señalaron que instruirán a sus fieles para que no voten a aquellos que votaron a favor de la legalización del aborto. ■