La ex presidenta se miró en el espejo de la realidad
Resignada a enfrentarse a una realidad que hace tiempo no maneja, Cristina Kirchner publicó una carta en la que les informa a los senadores que no se opone a que autoricen el allanamiento a tres de sus propiedades que fueron mencionadas por algunos de sus ex funcionarios como el destino de bolsos con dólares pro- venientes de sobornos. La oportunidad de la difusión de la carta dice bastante sobre las condiciones en que se encuentra la senadora.
En primer término, fue difundida cuando ya se sabía que, a diferencia de los que ocurrió la semana pasada, los senadores del peronismo permitirían hoy que el juez Claudio Bonadio ingrese en el departamento de la ex presidenta en Juncal y Uruguay, en la casa de El Calafate y en la vivienda familiar de Río Gallegos.
La modificación del escenario ju- dicial en que se mueve Cristina, con la acumulación de nuevos testimonios de arrepentidos que admiten que pagaron o recibieron coimas para mantener los negocios con la obra pública durante el kirchnerismo, hizo que los senadores del peronismo se decidieran a despegarse de algún modo de la ex presidenta. Además, la carta servirá para sacar del brete a los senadores que habían apoyado a Cristina la semana pasada y que ahora no quieren resistir la presión social para que se impida el allanamiento que pide la Justicia.
Esos mismos senadores habían pedido una señal de la ex presidenta para no tener que optar entre enfrentarla en público o votar para impedir el ingreso de los enviados del juzgado a sus viviendas. Por último, Cristina publicó la carta cuando ya se estaban congregando miles de personas frente al Congreso para reclamar no ya el allanamiento a sus casas sino el desafuero de la ex presidenta. Los manifestantes pidieron además que el Senado vote un proyecto aprobado en Diputados para que se facilite la recuperación del dinero robado por medio de la corrupción de los funcionarios públicos.
No es posible saber qué rastros del tránsito de billetes podrán encontrarse luego de tantos años en esos lugares o si el ingreso de los funcionarios judiciales permitirá corroborar algunos de los testimonios que se acumulan en la investigación iniciada con los cuadernos de las coimas. Sí se sabe que el permiso para hacer los allanamientos servirá para medir hasta donde llega la soledad política de quien hasta no hace mucho dirigía la mayor acumulación de poder institucional conocida desde el regreso de la democracia. ■