Un hallazgo acrecentó el enigma sobre unas raras ondas de radio
Entre los mayores misterios del Universo están las explosiones rápidas en radio ( o FRB, por Fast Radio Bursts), señales que atraviesan el espacio con una potencia equivalente a 500 millones de soles. Recientemente, un equipo de investigadores difundió una detección de FRB desde una fuente espacial desconocida, y desconcertó a los astrofísicos.
Según publicaron expertos de la McGill University en Astronomers Telegram, la señal fue detectada el 25 de julio por el Observatorio Astrofísico Dominion, en Canadá, usando el telescopio Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME), en la frecuencia de 580 MHz, casi 200 megahercios más baja que la de cualquier otro pulso registrado.
Los FRB duran milisegundos. “La mayor parte habían sido detectados por el radiotelescopio Parkes a 1.4 GHz. El que captó el CHIME a 580 MHz amplía el rango de frecuencias en el que se manifiestan estas fuentes”, expone Florencia Vieyro, del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) e investigadora del CONICET.
La medida de dispersión de los FRBs, una magnitud que se relaciona con el medio que tuvo que atravesar la luz para llegar a la Tierra, es una evidencia de que estos fenómenos son de origen extragaláctico. Así, la gran pregunta es de dónde vienen, ya que es cuesta imaginar procesos naturales capaces de generar pulsos de radio tan potentes que además no son regulares. Eso lleva a considerar el colapso y mezcla de dos estrellas de neutrones. Otras hipótesis incluyen agujeros negros, pulsares con estrellas compañeras, implosiones de cadáveres estelares o magnetares.
“Da lugar a la especulación, incluso proponiendo un origen artificial de una civilización súper avanzada. Lo cierto es que nuestra galaxia tiene unos 100.000 años luz de diámetro y los FRB parecen provenir de distancias de 3.000 millones de años luz, 30.000 veces más lejos. Lo que quiere decir que la fuente es 900 millones de veces más intensa”, destaca el doctor Matías Tuero, del Instituto de Física La Plata (IFLP-CONICET).
Años atrás investigadores descubrieron que al menos 16 FRBs proce- dían del mismo. “En 2016 se detectó la galaxia huésped del único FRB que se repite”, explicó Vieyro.
Si la ciencia logra descubrir el origen de estos estallidos de radio, se podrá abrir una nueva ventana al Universo. “Servirán para probar modelos y avanzar en nuestro conocimiento de la física para conocer la tasa de formación de este tipo de objetos en el Universo temprano. En esta última década se inició una revolución en la astrofísica observacional, donde combinando la información de varios instrumentos (detectores de neutrinos, de rayos cósmicos, de ondas gravitacionales, de rayos gamma, rayos X, y ópticos), podemos entender mucho mejor todos estos fenómenos. La observación con detectores de radio y la detección de FRBs es otro aporte más para completar el rompecabezas”, subraya Tuero. ■