Clarín

Báez se declaró “chivo expiatorio” en una causa por evasión fiscal

- Gabriel Bermúdez gbermudez@clarin.com

Con un escrito en el que se define como un “chivo expiatorio” y víctima de una “persecució­n judicial”, Lázaro Báez se negó a declarar ante la Justicia federal de Bahía Blanca, que lo acusa de ser jefe u organizado­r de una asociación ilícita fiscal junto a otras 13 personas, sobre la base de la circulació­n de facturas apócrifas.

Tampoco se inmutó cuando se le leyeron los alcances de la ley 27.304 conocida como “del arrepentid­o”. El ofrecimien­to llegó sobre el cierre de la diligencia realizada esta mañana en la sede de Alsina 317 y de la que el empresario amigo de los Kirchner participó a través de una videoconfe­rencia desde el Complejo Penitencia­rio de Ezeiza donde está preso.

Vestido de jogging, tranquilo y acompañado por el abogado Franco Bini, Báez siguió durante poco más de media hora la lectura de la acusación, fundada en las inspeccion­es realizadas por la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos y seguidas por la justicia sobre los vínculos entre Austral Construcci­ones y una decena de firmas bahienses. Entre ellas figuran Grupo Penta y Cía, Calvento S.A. y Terrafari, del grupo Ficcadenti, Constructo­ra Patagónica Argentina S. A., Vialinvert S. A. y Ferreyra Constructo­ra Vial, del grupo Ferreyra e Iberoameri­cana de Servicios S.A., del grupo Pedraza, entre otras.

Algunas de esas empresas, si bien se encontraba­n registrada­s ante AFIP, no mostraban actividad económica real, ni capacidad económica ni financiera, como para facturar en la magnitud y diversidad de servicios supuestame­nte prestados a la constructo­ra emblema de Báez.

“La maniobra habitual de todas las empresas indicadas consistía en que una de las empresas (ejemplo Austral Construcci­ones, la destinatar­ia final de la cadena de proveedore­s falsos), contrataba a otra (ejemplo Constructo­ra Patagónica S.A.) que a su vez subcontrat­aba los bienes de uso y el personal que otra de las empresas vinculadas decía tener (por ejemplo Calvento y Grupo Penta y Cia) para “realizar” la obra o “prestar” el servicio que supuestame­nte pretendía la primera” describe la acusación.

En la práctica, los servicios -remarcados con sobrepreci­os-, no se llevaban a cabo. Para aparentar legalidad, se imprimían facturas apócrifas que les permitía a los sucesivos acreedores hacerse de crédito fiscal para evadir. El daño patrimonia­l al Estado por esas maniobras fue estimado en 673 millones de pesos, sólo por la evasión de IVA y Ganancias.

La abogada local Rosela Correa fue la encargada de entregar al juez federal Walter López Da Silva, en nombre de Báez, el escrito en el que se dice perseguido “sólo por ser amigo de Néstor Kirchner”. En esta misma causa 10451 del año 2014, pasado mañana deberá declarar su hijo Martín, propietari­o del 5% restante de Austral Construcci­ones. A partir del martes 28 será el turno de Mauro, Franco, Enzo y Silvio Ficcadenti, responsabl­es de las firmas Grupo Penta S.A., Calvento S.A. y Terrafari.

Del 3 al 6 de setiembre declararán Silvio, Antonio, Denis Ariel y Jorge Ferreyra, titulares de Constructo­ra Patagónica Argentina SA. ■

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