Sexo y dinero: la caja fuerte con secretos que acorralan a Trump
Escándalos. Un diario sensacionalista guardó bajo llave documentos que pueden complicar al magnate, como el pago para silenciar a una actriz porno y una modelo.
El diario sensacionalista National Enquirer conservaba un tesoro, que amenaza con convertirse en una bomba de gran poder destructivo para Donald Trump. El periódico guardaba una caja fuerte con documentos sobre pagos por silencio y otras historias que pueden complicar al magnate. Pero por su cálida relación decidió no publicar nada antes de las elecciones de 2016 que lo llevaron a la presidencia de Estados Unidos.
Así lo confirmaron varias personas al tanto de un acuerdo que buscó no perjudicar al entonces candidato republicano.
Esta información surge luego de que varios medios publicaran este jueves que fiscales federales le habían concedido inmunidad a David Pecker, el jefe del Enquirer, una medida que podría dejar expuestos sus esfuerzos por proteger a su viejo amigo Trump.
Michael Cohen, ex abogado personal del mandatario, se declaró culpable esta semana de violaciones a las leyes de financiamiento de la campaña: alegó que tanto él como Trump y el tabloide estuvieron involucrados en comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels y de una mo- delo de Playboy, dos mujeres que aseguran haber sostenido amoríos con el actual presidente cuando ya estaba casado con Melania.
Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, Pecker se reunió recientemente con los fiscales y compartió con ellos detalles de esos pagos, incluyendo algunos que demostrarían que Trump tenía conocimiento de ellos. A cambio, el responsable de American Media obtuvo inmunidad, según asegura también la revista Vanity Fair.
La información de Pecker fue utilizada por las autoridades para acusar a Cohen de haber violado las normas de financiación de campañas electorales, dado que el dinero se usó para impedir la salida a la luz de historias que podrían haber dañado la candidatura de Trump a la Casa Blanca.
Cinco personas cercanas a American Media Inc, la compañía matriz del periódico, afirmaron, a condición de anonimato, que la caja fuerte era una gran fuente de poder para Pecker, director general de la empresa y un viejo amigo del magnate.
Los registros de Trump estaban almacenados junto a documentos similares relacionados con otras celebridades. El diario adquiría derechos exclusivos de cierta información sin intención de publicarla: conservaba esos secretos embarazosos y a cambio pedía favores.
Pero después de que The Wall Street Journal publicara los primeros detalles del acuerdo con la conejita de Playboy Karen McDougal para ocultar historias poco antes de los comicios de 2016, aquellos activos se convirtieron en un pasivo.
Temerosos de que los documentos se usaran contra la empresa, Pecker y el director de contenidos Dylan Howard los sacaron de la caja fuerte en las semanas previas a que Trump asumiera, de acuerdo con una persona con conocimiento directo. Hasta ahora no se sabe si fueron destruidos o simplemente trasladados.
El reportero Jerry George, que trabajó varios años en el Enquirer hasta 2013, dijo que la práctica de establecer acuerdos para ocultar noticias se afianzó bajo el mando de Pecker.
Aunque George no conoció especí-
El National Enquirer se habría guardado varias historias que podrían complicar a Trump
ficamente qué historias sobre Trump se taparon, dijo que en general la compañía sólo pagaba si creía que tenía algo por ganar.
“Hice esto por vos, ¿ahora qué podés hacer vos por mí? Siempre obtenían algo a cambio”, sostuvo. Y aclaró que los periodistas del medio detestaban estos acuerdos porque los despojaba de historias atractivas.
American Media Inc no respondió de inmediato una solicitud de Associated Press para dar su versión sobre estas noticias.
Otros ex reporteros del tabloide sostuvieron que la información negativa sobre Trump no se publicaba y eso se sabía de movida: ya era una práctica que tenía más de una década, desde cuando el actual presidente protagonizaba el reality show The Apprentice.
En 2010, por pedido del abogado Cohen, el National Enquirer comenzó a promover una posible candidatura del magnate. Y enviaba a sus lectores a un sitio partidario que Cohen mismo ayudó a crear.
Según aquellos ex empleados, fue esa publicación la que comenzó a poner en duda dónde había nacido el presidente Barack Obama, algo que durante varios años repitió públicamente Donald Trump. ■