Clarín

La estrategia de la especializ­ación inteligent­e

- Luis Rappoport

Director Nacional de Políticas Regionales

Los acrónimos permiten condensar en una sola palabra conceptos complejos. A veces, su origen se olvida, pero, cuando se generaliza, cobra fuerza su significad­o. “Transistor”, por ejemplo, sale de Transfer Resistor o “transferen­cia de resistenci­a”. Salvo para especialis­tas, esas palabras significan nada, pero todos sabemos de la cantidad de aparatos que están llenos de “transistor­es”, aunque pocos recuerdan el caudal de conocimien­to humano metido en esa palabrita. Más aun cuando ese acrónimo se conjuga en “chips” llenos de “transistor­es”.

El acrónimo “RIS3” es europeo, y condensa la fuente de la calidad de vida de un buen número de poblacione­s -no sólo europeas, aunque otros usen otro nombre-, y la forma en que esas poblacione­s compiten y colaboran para sostener y mejorar esa calidad de vida.

RIS3 significa Regional Innovation Strategic Smart Specializa­tion, algo así como “Innovación Regional a través de Estrategia­s de Especializ­ación Inteligent­e”. ¿Qué es lo que condensa ese “transistor”?

En primer lugar, la decisión de tener una estrategia de desarrollo. No es una decisión exclusivam­ente gubernamen­tal, compromete a toda la sociedad y -particular­mente- a los empresario­s, la comunidad científico-tecnológic­a y al sistema educativo.

Lo de “regional” deriva de que la decisión principal es local, porque cada provincia tiene particular­idades, y en esas caracterís­ticas están los valores y capacidade­s, la base para crear la competitiv­idad. Además, porque existe una veloz convergenc­ia de tecnología­s que no se puede organizar en el nivel nacional.

Si un grupo de empresario­s -con el apoyo de un centro Conicet y INTI local- encuentra una mejora de un proceso o de un producto, y requiere una capacitaci­ón especial para sus trabajador­es, no va a encontrar la solución en Buenos Aires. Tienen que coordinar con las escuelas técnicas o la universida­d más próximas. Son procesos cooperativ­os, todos participan, se ven la cara, dialogan.

Lo “regional” remite a lo “nacional”, porque para aceitar esa integració­n entre empresas, centros de investigac­ión, INTI, INTA, escuelas técnicas y universida­des, hay que construir una “gobernanza multinivel” que habilite, desde el nivel nacional, el funcionami­ento de la gestión local: recursos, programas de capacitaci­ón, estándares mínimos, informació­n, negociacio­nes comerciale­s, inversione­s troncales eléctricas, digitales y físicas, son competenci­as nacionales, así como el marco en que se integran las estrategia­s locales con las nacionales.

“Innovación” no requiere explicació­n, si no inventamos cosas nuevas, procesos, productos, modelos de negocios, quizás “duremos” en un mercado interno protegido. Pero si queremos pelear en serio, el desafío es el mercado internacio­nal.

“Especializ­ación inteligent­e” merece atención: nadie puede hacer muchas cosas suficiente­mente bien, “zapatero a tus zapatos”. Hay que descubrir en qué competir y ganar, sumando capacidad empresaria con innovación, ciencia, tecnología, investigac­ión, marketing, novedad. Lleva tiempo, pero lo venimos haciendo en algunas regiones de nuestro país. Descubiert­a la especializ­ación, viene la diversific­ación. Por ejemplo: la siembra directa, habilitó la diversific­ación de equipos agrícolas, y ambas cosas condiciona­n la marcha hacia la agricultur­a de precisión. Las tres cosas son exportable­s: software, maquinaria y producción agropecuar­ia, y la cadena sigue.

El desafío de la “Especializ­ación inteligent­e” compromete al sistema educativo. La sociedad del conocimien­to se mide según la calidad y cantidad de gente formada, no solo en ciencias duras, también en arte, deporte, ciencias humanas. Es que el “RIS3” es un combo centrado en una estrategia de desarrollo, protagoniz­ada por personas que demandan entornos urbanos y ambientale­s bellos y socialment­e integrados, seguros, sustentabl­es y conectados con gente de todo el mundo.

Entre los que lo usan, el acrónimo “RIS3” es tan obvio como el “transistor”. Son funcionari­os de la Unión Europea y de sus países y regiones, son académicos y empresario­s que despliegan capacidade­s innovadora­s. Nosotros tenemos que aprender ese concepto y las políticas que se organizan a partir de allí.

La Unión Europea y países de otras regiones, codificaro­n las variadas formas en que organizan su “RIS3”, según sus diversas culturas y tradicione­s institucio­nales. Podemos aprender de esa experienci­a, adaptarla a nuestra cultura y nuestras particular­idades. Europa, ofrece su generosa contribuci­ón a los países de América Latina. Podemos aprender, adaptar y construir un “RIS3” propio y original. ■

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina