Clarín

Vendió empanadas para poder participar: fue el mejor argentino

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El medio Maratón de Buenos Aires tuvo historias particular­es de lucha y superación. Como la del entrerrian­o Julián Molina, que con un enorme sacrificio terminó ganando la competenci­a entre los argentinos.

Oriundo de Paraná, habló con Clarín tras la competenci­a y describió los sacrificio­s que realizó para poder participar de la carrera. “Estoy desocupado, vivo en la casa de mi suegro con mi novia. Hago changas y para poder venir vendí 40 docenas de empanadas”, describió emocionado.

Con un tiempo de 1 hora, 4 minutos y 25 segundos, Molina fue el primer argentino en cruzar la meta. “Esta vez vine bien preparado. Por primera vez me consagro campeón argentino. Y es mi revancha con Eulalio Muñoz. Afuera somos todos amigos, todos atletas. Muchas personas viven de esto, por eso me las arreglo haciendo changas de pintura, tratando de encontrar un trabajo que me permita entrenar dos turnos”, agregó Molina. Precisamen­te Muñoz, que terminó segundo entre los argentinos, lo había vencido en competenci­as anteriores.

Molina contó que comenzó a correr en 2012 y que en 2014 fue su mejor momento. Sin embargo, las dificultad­es económicas lo obligaron a dejar la actividad en 2015. Después, consiguió empleo en una fábrica de heladeras en Rosario, donde se mudó con su novia. Pero el esfuerzo que le requería la jornada laboral le terminó dañando la cintura y afectando su actividad atlética.

“Después empecé en una fabrica de bicicletas dos meses, me querían blanquear. Ocho horas en armado, pero por reducción de personal me echaron. Me agarraron bajones, pocas ganas de entrenar, volví a quedarme sin trabajo. Aunque siempre tenía la rotisería con mi familia en Paraná”, relató Molina.

Ahora, con la gran actuación en los 21K de Buenos Aires, espera poder conseguir un sponsor que le permita dedicarse de lleno al atletismo. ■

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