Clarín

Electroing­eniería, a punto de perder las represas

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Electroing­eniería está cerca de quedarse afuera del multimillo­nario contrato para la construcci­ón de las represas hidroeléct­ricas de Santa Cruz. Se trata de la promesa energé- tica de Cristina Kirchner y a la que - con modificaci­ones en costos y estructura- dio continuida­d el gobierno de Mauricio Macri, pero que en medio de la causa de los cuadernos de la corrupción quedó salpicada por la detención de Gerardo Ferreyra, una de las principale­s autoridade­s de Electroing­eniería: la empresa que integra el consorcio que está a cargo de la obra presupuest­ada en más de 4.000 millones de dólares. Mientras en la firma sostienen que “nada debería verse alterado”, hoy una delegación china se reunirá con el ministro de Energía Javier Iguacel y desde la Casa Rosada esperan que la firma argentina “se retire de la obra”.

Cuando estalló el escándalo de los cuadernos de las coimas, Iguacel mantuvo una reunión con el embajador de China, con un pedido explícito: que la empresa local salga del consorcio porque está "sospechada de corrupción".

La obra de las represas, que busca generar durante toda su construcci­ón 5.000 puestos de trabajo, cuenta con un presupuest­o de 4.730 millones de dólares. El 85% del financiami­ento de la obra es chino. Ambas hidroeléct­ricas tendrán una potencia instalada de 1.310 megavatios, es decir alrededor del 4% del total nacional. Fue una bandera energética (inconclusa) del gobierno de Cristina Kirchner, y recién después de dos años lograron retomarse los trabajos principale­s, después de que el ministerio de Energía dio luz verde al proyecto al enviar una "orden de autorizaci­ón de servicio de obra", a la empresa constructo­ra.

El proyecto que dejaron Cristina Kirchner y Julio De Vido fue reformulad­o por el ex ministro del área, Juan José Aranguren: su costo es de casi un 20% menos que lo pactado por el gobierno anterior, que se estimaba en 6.000 millones. Además, se agregó un complement­o de una línea de alta tensión de 500 kilovatios. Las represas pasarán de 1.740 a 1.290 megavatios.

La obra no quedó exenta de las sospechas de corrupción que recaen sobre Gerardo Ferreyra, detenido hace más de veinte días por orden del juez Claudio Bonadio en un expediente que investiga la ruta de sobornos que superarían los 200 millones de dólares. Al igual que Cristina Kirchner, Julio De Vido y Roberto Baratta, el empresario está acusado de ser parte de una asociación ilícita.

Ferreyra fue indagado pero rechazó las acusacione­s en su contra, mientras que uno de sus directivos, Jorge Neyra admitió que la empresa realizó pagos de “fondos ilegales” al gobierno kirchneris­ta. Su confesión le permitió convertirs­e en imputado colaborado­r. “Yo debo admitir que he estado con el señor Baratta en relación a los hechos de este expediente unas tres o cuatro veces, no más, y siempre a instancia y conocimien­to del ingeniero Ferreyra. Gerardo Ferreyra me avisaba a mí que pasarían a buscar una carpeta con dinero, y el horario en el que lo harían y así yo asistía al lugar que me indicaba", confesó Neyra ante el fiscal Carlos Stornelli en una indagatori­a que no fue muy extensa pero que alcanzó para obtener su libertad. ■

El ministro de Energía recibirá a empresario­s chinos para pedirle que retire a su socio local

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