El día que la organización le “mexicaneó” 100 kilos de cocaína a un narco peruano
Polirrubro. La causa judicial incluye relatos de testigos sobre robos insólitos que cometió la banda de barras y policías.
La megabanda de policías, funcionarios judiciales y ladrones de La Plata se creía capaz de todo. No solo robaba autos, entraban a casas y asaltaban negocios gracias a zonas liberadas e impunidad judicial, sino que hasta se animaba a robarles droga a los narcos para después venderla.
Así lo relatan testigos en la causa por la que este martes fueron procesados 10 integrantes de la organización, entre ellos el comisario Gustavo Bursztyn, que hasta hace pocos días estuvo a cargo del Comando de Patrullas de La Plata. Pero antes fue titular de la comisaría 2° y también jefe de la división Narcotráfico. Su recorrido coincide con varias de las "especialidades" a las que se dedicaba la banda mixta.
Según las conversaciones entre los integrantes de la organización recopiladas en el expediente judicial, varios de los procesados tienen su propio negocio de venta de droga. Uno es Carlos "Macha" Barroso Luna, quien además era estafador y vendedor de autos mellizos.
"En una oportunidad participé co- mo infiltrado en una investigación en un hecho en la Capital Federal en el cual Barroso junto a un muchacho llamado Augusto, a otro llamado Diego y a otro que fue en un Renault Laguna le entregó a Barroso unos chalecos antibala de la Policía Bonaerense y dos pistolas nueve milímetros, y gorras de policía", declaró el hombre.
Ese día, en 2009, los miembros de la megabanda fueron hasta un conventillo ubicado en una villa porteña y simularon un allanamiento para capturar a un violador. Como si se tratase de un operativo oficial, los falsos policías reventaron las puertas del lugar a las patadas y entraron con sus chalecos y sus armas apuntando a todos los que se les cruzaran y dando órdenes a los gritos. Pero en realidad, tenían el dato de que un narco guardaba droga allí y se la robaron. "El hecho consistía en ir a robar la droga, una 'mexicaneada', que tenían unos peruanos", dijo el testigo.
Ese día Barroso y sus cómplices salieron del conventillo con cien kilos de cocaína, en varios panes guardados en bolsos. "Algunos fueron para el Jesús, el peruano, quien fue el que entregó el hecho a Barroso, se ve que era el trato entre ellos mitad para ca- da uno", dijo el testigo.
Otro policía también procesado que aparece muy comprometido con los vínculos narco -y, en general, con todos los delitos atribuidos a la megabanda- es Gustavo Mena.
Mena era el jefe de calle de la comisaría 2° de La Plata cuando Bursztyn era el titular. A él le atribuyen fluidos contactos con los delincuentes de La Plata. Dicen que como jefe de las brigadas les pasaba los datos sobre a dónde tenían que ir a robar. En la práctica, el hombre que tenía a su cargo el esclarecimiento de los robos era el que los planificaba.
Una de las conversaciones telefónicas que forman parte del expediente es entre Mena y Adrián "Quichua" Manes y dan cuenta de la llegada de un proveedor de droga a su barrio al que le terminan robando 28 kilos.
"Quichua" era vecino de Juan Roberto "Tecla" Farías, un ladrón asesinado que integraba la banda de Bursztyn y Melazo. Al revisar la causa de ese crimen, la fiscal Bettina Lacki logró descubrir la "asociación ilícita" entre policías, el ahora ex juez Melazo, otros funcionarios judiciales, barrabravas y ladrones comunes en La Plata. ■