Clarín

Los pasajeros del subte B lo van a extrañar

Personajes. Con sus mensajes por altoparlan­tes, Pedro Kalaydjian alivió miles de viajes agobiantes. “La idea surgió naturalmen­te: me pongo en el lugar del otro”, dice.

- Lucas Vigiani, de la Maestría de Periodismo Clarín-San Andrés

Pedro Kalaydjian es el guarda de la línea que une el Bajo con Villa Urquiza. Se hizo popular por su “buena onda” y sus frases amables por el sistema de sonido. “Buen retorno a sus hogares”, fue uno de sus clásicos. Ayer se jubiló y ya lo extrañan.

En invierno o en verano, en hora pico o fin de semana, el subte despierta amores y odios. Hace seis años, la voz y los mensajes de Pedro Kalaydjian se convirtier­on en un alivio para muchos en la línea B. Se trata del “guarda buena onda”, que causó sorpresa bajo tierra y fue una de las primeras historias virales de las redes sociales. Se hizo conocido por desearle “buen regreso a sus hogares” a los pasajeros a través de los altoparlan­tes . Ayer fue su último día sobre los rieles. “Me jubilé. Me voy con la conciencia tranquila por haber hecho bien”, contó.

Descendien­te de armenios, técnico agropecuar­io de profesión, padre de cuatro hijos y viudo hace tres años, Kalaydjian llegó al subte tras cinco meses buscando trabajo. “Un domingo, esperando para almorzar ravioles, me puse a mirar los clasificad­os de Clarín. Vi un aviso que se ajustaba a mi perfil y me presenté. Era para trabajar como boletero en el subte. El 19 de febrero de 1998 entré y ya pasaron 20 años y medio: 14 como boletero y 6 como guarda”, recordó a este diario.

“Por favor, cuide sus pertenenci­as. Muchas gracias por elegirnos y buen retorno a sus hogares”. Por esa frase, que sonó durante meses por los altoparlan­tes , Kalaydjian se transformó en un héroe subterráne­o. “Me pongo mucho en el lugar del otro. Soy una persona muy sociable y comprometi­da. Ganamos el sueldo gracias al boleto que paga la gente. Nos debemos al usuario. Entonces, un día pensé qué podía hacer, además de abrir y cerrar puertas. Y se me ocurrió empezar a dar sugerencia­s, mensajes de seguridad, agradecerl­es por viajar. Fue natural”, reflexionó.

“A partir de ahí, me llamaron de todos lados. Hubo un revuelo en todo el subte. Me felicitaro­n los gerentes, se pusieron a disposició­n. Los compañeros se alegraron, otros me cargaron. Lo que pasa en un trabajo. Fue muy lindo”, recordó.

Aunque a Kalaydjian ya no se lo escuche en los vagones, sigue ahí. “Todos me preguntan por qué no hablo más. Lo que pasó es que, con la llegada de los coches nuevos, la empresa puso grabacione­s. Pero, a veces, en las formacione­s más antiguas, me toca decir algo”, despejó dudas.

A sus 66 años, el “guarda buena onda” sostuvo que el subte “está mejor”, a pesar de trabajar a diario en una de las líneas más colapsadas de la Ciudad. Sin embargo, remarcó que “hay cosas que Metrovías tiene que ver y solucionar”.

“Mi deseo es que todas las líneas del subte tengan coches nuevos, que los pasajeros disfruten el viaje y que los trabajador­es del subte sigamos sumando mejores condicione­s laborales”, expresó.

“Hoy, 1° de septiembre, empieza una vida nueva. ¿Si voy a extrañar al subte? Yo creo que sí, y también a mis compañeros. En principio, voy a descansar un poco. Tengo ganas de hacer un viajecito, terminar algunas cositas en mi casa, aprender herrería con unos amigos”, confesó. Y reveló que una de sus pasiones es escribir. “Capaz lo hago. Tengo una propuesta para escribir algo. Quiero seguir en actividad”, planteó.

Emocionado, Kalaydjian indicó que su principal preocupaci­ón es Francisco, su hijo de 22 años: “En el subte, cuando uno se jubila, existe la posibilida­d de que un familiar directo pueda ingresar a trabajar. Le estoy pidiendo eso a Metrovías. Es lo único que me falta para poder estar tranquilo: verlo sobre el riel y que pueda hacer su camino”.

La semana que viene, Metrovías le entregará a Kalaydjian una placa para destacar su labor como boletero y guarda de las línea E y B, y así despedir a un ícono del subte, que alegró el regreso a casa de cientos de usuarios agobiados por las demoras, el calor o los empujones. ■

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DAVID FERNANDEZ En el andén. Pedro no abandona su sonrisa.
 ?? D. FERNÁNDEZ ?? “Buena onda”. Kalaydjian es técnico agropecuar­io. Hace más de 20 años se quedó sin trabajo y entró al subte como boletero.
D. FERNÁNDEZ “Buena onda”. Kalaydjian es técnico agropecuar­io. Hace más de 20 años se quedó sin trabajo y entró al subte como boletero.

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