Clarín

Un nuevo testimonio complica al magnate por el “Rusiagate”

- AP Y CLARÍN

Un abogado del Ministerio de Justicia de EE.UU., reveló que un ex espía británico le dijo hace dos años que la inteligenc­ia rusa creía tener a Donald Trump “a su merced”, dijeron fuentes familiariz­adas con el encuentro.

Se trata del abogado Bruce Ohr, quien dio su revelador testimonio a legislador­es en una audiencia privada. Allí también dijo haber tenido conocimien­to de que un alto colaborado­r de la campaña de Trump sostuvo reuniones con funcionari­os rusos de una mayor jerarquía que las que reconoció en su momento.

La informació­n revelada es potencialm­ente explosiva sobre la situación de Trump en el marco de la investigac­ión del llamado Rusiagate, el escándalo de la interferen­cia de Moscú en las elecciones norteameri­canas de 2016.

El testimonio permite al público conocer algo más de esos meses clave cuando el FBI y la comunidad de inteligenc­ia trataban de dilucidar las posibles conexiones entre la campaña de Trump y Rusia. Y reflejan la preocupaci­ón de uno de los protagonis­tas, Christophe­r Steele, que se reunió con Ohr en julio de 2016. El ex agente británico hizo una investigac­ión so- bre los lazos de Trump con Rusia que fue financiada por los demócratas y compilada en un dossier. El entonces candidato presidenci­al republican­o se sintió preocupado por esa material e intentó transmitir la inquietud a sus contactos en el FBI y el Departamen­to (Ministerio) de Justicia.

En su entrevista con Ohr, Steele le dijo que un funcionari­o de la inteligenc­ia rusa a quien no identificó le había revelado que pensaba que ellos creían “tener a Trump a su merced”. No estaba claro si Steele había escuchado eso directamen­te o lo había escuchado por medio de sus contactos, pero la idea es reiterada en el dossier de Steele.

Steele y Ohr, que en la época de la elección era un alto funcionari­o de la oficina del subsecreta­rio de Justicia, se habían conocido una década antes y establecie­ron una relación basada en el interés mutuo en el crimen organizado internacio­nal.

Se reunieron varias veces durante la campaña presidenci­al, en una relación que les valió a los dos hombres y a las agencias federales del orden críticas partidista­s, incluyendo de Trump.

Los republican­os dicen que el FBI dependió excesivame­nte del dossier en su investigac­ión y para obtener una orden judicial de grabacione­s telefónica­s de Carter Page, un importante colaborado­r de la campaña de Trump. Dicen además que Ohr se excedió en sus funciones al reunirse con Steele, incluso cuanto éste dejó de ser una fuente oficial del FBI, y pasarle luego la informació­n a la agencia.

Trump propuso este mes despojar a Ohr de su habilitaci­ón de seguridad y ha preguntado “por qué demonios” sigue empleado. Trump ha calificado la investigac­ión de sus posibles lazos con Rusia como una “cacería de brujas” y ha negado colusión entre su campaña y Moscú. Lo cierto es que el detonador del Rusiagate fue informació­n recibida por el gobierno sobre contactos de Moscú con el entonces asesor de política exterior de la campaña George Papadopoul­os. ■

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AFP Polémica y trampas. Putin.

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