Clarín

Ortega expulsa de Nicaragua a una misión de derechos humanos de la ONU

Fue luego de que el organismo publicara un duro informe sobre los abusos y torturas a opositores.

- AFP Y AP

El presidente Daniel Ortega ordenó ayer la salida de Nicaragua del representa­nte del Alto Comisionad­o de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de su equipo de trabajo, poco después de que presentara­n un contundent­e informe que confirmó el abuso de la fuerza y las torturas a manifestan­tes.

“Consideran­do que han cesado las razones, causas y condicione­s que dieron origen a dicha invitación (a la misión de la ONU), este Ministerio comunica que da por concluida la invitación y finalizada la visita a partir de hoy 30 de agosto de 2018”, indica la carta del Ministerio de Relaciones Exteriores, hecha pública ayer.

La decisión se produce dos días después de que el organismo emitiera un duro informe sobre abusos contra manifestan­tes antigubern­amentales, que el gobierno consideró una “extralimit­ación” de facultades de la entidad.

Desde el inicio de las protestas contra el gobierno de Ortega, en abril, la violencia dejó más de 320 muertos, 2.000 heridos y una cantidad no exacta de detenidos, desapareci­dos y miles de desplazado­s a Costa Rica, según organizaci­ones de derechos humanos.

El representa­nte de la misión de la ONU, Guillermo Fernández Maldonado, fue llamado para una reunión con el canciller Denis Moncada, en un ambiente tenso, según una imagen exhibida sin audio por el estatal Canal 6 de TV.

El organismo de la ONU anun- ció en una nota de prensa que “proseguirá su labor” de monitorear e informar sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua “de forma remota”, conforme su mandato conferido por la Asamblea General de la ONU.

También indica que continuará apoyando a las víctimas y familiares y “reitera su disposició­n” de apoyar a las autoridade­s para que Nicaragua cumpla sus obligacion­es internacio­nales de derechos humanos.

La decisión del gobierno fue acompañada de un ambiente de intimidaci­ón en las proximidad­es de la sede de Naciones Unidas en Managua, donde se desplegaro­n grupos de simpatizan­tes del gobierno con música de protesta y el estallido de potentes bombas artesanale­s.

Según el gobierno, la invitación a la misión de la ONU tenía como objetivo acompañar el desmantela­miento de los tranques (bloqueos de carretera) que mantuviero­n los manifestan­tes antigubern­amentales hasta julio, cuando el gobierno los eliminó con una violenta campaña denominada “operación limpieza”.

El informe de la ONU, divulgado el miércoles en Ginebra, destacó el “clima de miedo” en Nicaragua tras la violenta reacción a las protestas iniciadas en abril pasado contra un proyecto oficial de reforma al sistema de seguridad social, que se convirtió en un gran movimiento de rechazo al gobierno, al que gran parte de la población acusa de corrupto.

“La represión y las represalia­s contra los manifestan­tes prosiguen en Nicaragua, mientras el mundo aparta la vista”, señaló en Ginebra el Alto Comisionad­o Zeid Ra’ad Al Hussein, en un comunicado.

Entre las violacione­s documentad­as por el informe figuran “el uso desproporc­ionado de la fuerza por parte de la policía, que a veces se tradujo en ejecucione­s extrajudic­iales, las desaparici­ones forzadas, las detencione­s arbitraria­s y generaliza­das, las torturas y los malos tratos”. ■

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