Se reaviva la tensión entre Madrid y Cataluña
Un amor de verano. En eso parece haberse convertido la prometedora relación que Pedro Sánchez intenta reconstruir con el presidente catalán Quim Torra desde que logró ocupar la Moncloa y que hoy, tres meses después, languidece.
Por primera vez desde que asumió el gobierno de España con el envión que le dieron los independentistas, el socialista Sánchez amenazó a Torra con volver a castigarlo con el artículo 155 de la Constitución, si el catalán insiste en avanzar por la vía unilateral hacia la independencia.
Cataluña ya sintió el rigor del 155 por el que la autonomía desobediente vivió 218 días intervenida por el gobierno nacional del ex presidente Mariano Rajoy. La intervención duró desde octubre pasado, apenas el Parlamento catalán declaró la independencia, hasta junio de este año, cuan- do Sánchez reemplazó a Rajoy.
“El presidente Torra sabe perfectamente cuál es el camino que le depararía volver a la unilateralidad, la quiebra de la legalidad y el desacato -dijo Sánchez desde Bogotá-. Dentro de la legalidad, el gobierno está dispuesto a hablar con el Govern. Lo que tiene que hacer es representar a la mayoría de los catalanes que quieren acabar con esta crisis de convivencia y fractura.”
Torra retrucó en Twitter, con ironía: “Querido presidente, creía haber entendido que a un problema político íbamos a buscarle una solución política. Por nuestra parte, siempre nos encontrarás en la vía de la obediencia al pueblo de Cataluña, el diálogo, la convivencia y la no violencia”.
Para el nacionalismo catalán, los gestos de acercamiento del presidente socialista, quien se reunió con Torra en julio en Madrid, son estímulos que acrecientan el fervor por declararse una república soberana. ■