Clarín

Provincia: hay fallas en al menos otros 132 colegios

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vez, hay una medianera en el patio que al empujarla se mueve y se puede caer en cualquier momento. Está donde los chicos saltan y corren", cuenta Cintia.

Cada lunes, Cintia y sus hijas se acercan a la escuela para que los maestros les den tareas de cada materia para toda la semana. Al lunes siguiente, las chicas llevan la tarea hecha, se llevan más trabajo para hacer en casa, y los maestros se llevan lo que tienen que corregir.

En la Escuela N° 49 también hay un plan de continuida­d pedagógica, tal como lo definen los docentes.

"Tres veces por semana, los chicos reciben fotocopias que pagamos los maestros con tareas para sostener lo aprendido hasta ahora", cuenta Pustilnik.

Al sostenimie­nto educativo se suma otro: "Todos los días hay madres de la comisión que se formó después de lo que pasó con Sandra y Rubén. Recibimos donaciones y las repartimos entre los chicos, les armamos una bolsa con comida o preparamos comida nosotras, incluso los sábados", explica Alicia Sánchez, madre un nene que cursa quinto grado en el edificio que explotó.

El mediodía es la hora en la que más se concentran los alumnos alrededor de ese edificio al que les pegaron cartulinas para despedir a Calamano y Rodríguez: es la hora del almuerzo que antes se daba en la escuela que ahora tiene la puerta cerrada. Igual que todas las demás en Moreno. ■ El partido de Moreno no es una isla: al cierre de sus 264 escuelas, se suma la clausura de otras institucio­nes en el resto de la Provincia. La cantidad de escuelas que permanecen cerradas a la espera de obras de infraestru­ctura depende de quién las cuente. Según el Ministerio de Educación bonaerense son 132. Según la estimación del gremio Suteba, ese número asciende a más de 550.

“Se concentran especialme­nte en Tigre, San Fernando, San Miguel, General Rodríguez, Malvinas Argentinas, La Matanza y José C. Paz”, sostiene María José Parejo, subsecreta­ria gremial de Suteba. Y describe: “Los principale­s problemas son eléctricos y de pérdidas de gas. Porque se van haciendo arreglos como puentear un cortocircu­ito y entonces quedan zonas electrific­adas, por ejemplo”. Según la estimación de Parejo, al día jueves alrededor de medio millón de alumnos de escuelas públicas bonaerense­s de todos los niveles -incluidos, por ejemplo, los centros de formación docente- estaban sin clases.

Fuentes de la cartera de Educación provincial estiman un número mucho más bajo: aseguran que son 40.000 los alumnos que no tienen clase por el cierre de escuelas. Y admiten que los problemas más frecuentes son de gas, de electricid­ad y filtracion­es en los techos. Según explican, con el correr de los días, los directivos de las escuelas sumaron distintos tipos problemas de infraestru­ctura que se deben atender para reabrir las escuelas.

“Vinieron a hacer las pruebas de gas. Viene un gasista, cierra una llave de paso y dice que la escuela está en condicione­s. Pero no está. No se hacen los arreglos. El gobierno debe responder cuándo van a volver a abrirse las escuelas”, sostiene Parejo.

Desde el Ministerio de Educación bonaerense sostienen que las escuelas públicas provincial­es de todos los niveles concentran a 3.100.000 alumnos en 12.000 edificios educativos. Los fondos para afrontar las obras de infraestru­ctura que demandan las escuelas cerradas, sostienen desde esa cartera, saldrán de partidas presupuest­arias que estaban asignadas a otros objetivos. Afirman que en dos años y medio, invirtiero­n $ 20.000 millones en el mantenimie­nto de escuelas. Son $ 7,07 por día por alumno.

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