“Los casos de abuso en la Iglesia son aberrantes y habrá tolerancia cero”
Alberto Bochatey. Obispo auxiliar de La Plata, presidente de la Comisión de Salud del Episcopado
¿Se supone que la Iglesia está contenta con el rechazo a la ley de legalización del aborto?
-Era una ley inocua e injusta. El hecho que los senadores hayan valorado negativamente el proyecto de ley de Diputados abre la posibilidad de trabajar por una ley progresista y verdaderamente humana, digna del siglo XXI, que no elimine la vida de ningún ser humano, que tutele a la mujer vulnerable con embarazos inesperados, cuidando que no muera ni ella ni la vida que lleva en su seno.
-¿La ley no prosperó por “presión” de la Iglesia?
-Es muy triste le perspectiva que tuvieron muchos medios de comunicación y algunos líderes políticos al respecto. Los ciudadanos que se manifestaron a favor de las dos vidas y que eran cristianos sufrieron una discriminación y una estigmatización por su origen religioso como nunca habíamos visto en la Argentina. Es necio negar que muchos que votaron por el “no” no eran católicos, ni cristianos. Y es mal intencionado impedir que la Iglesia católica, por medio de sus miembros, manifieste su visión científica, antropológica, filosófica y teológica. -¿Considera que los casos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero debilitan la oposición de la Iglesia a la legalización del aborto?
-Esta horrible página de los abusos en la Iglesia nos da la posibilidad de convertirnos en profetas de la verdad. Se cometieron hechos repugnantes e injustificables en algunos países y por algunos miembros del clero y la Iglesia tomó la firme determinación de aplicar “tolerancia cero” frente a los errores cometidos en el pasado. Estamos en pleno proceso de revisión y de asumir lo que haya sucedido verdaderamente. Esto nos fortalece. Lo contrario sería como pensar que los legisladores y los laicos, en general, debilitarían su oposición al aborto porque hay muchísimos más casos de padres, abuelos, tíos, padrastros, hermanos, hermanastros, vecinos, etc. que abusaron y abusan de sus familiares niños y adolescentes. Se trata de ser fuertes en los miles de sacerdotes y laicos que no son, ni fueron, ni serán abusadores. Se trata de fortificar lo bueno y lo verdadero y descartar lo degenerado y miserable. Sin chicanas.
-¿Cree que Francisco irá a fondo, estableciendo y sancionando encubrimientos en todos los niveles de la Iglesia?
-Desde el momento que se eligió, hace ya tres años, a Irlanda para realizar e l Encuentro
Esta horrible página de los abusos en la Iglesia nos da la posibilidad de convertirnos en profetas de la verdad...”
Que hay un ataque al Papa y a la Iglesia por parte de distintos grupos e intereses, creo que es evidente”
Mundial para las Familias, había una clara intención de estar presente en una las iglesias locales más golpeadas por los temas de abusos. El Papa Francisco sabía muy bien adónde iba y qué tipo de reacciones podía llegar a enfrentar; pero sabía también el poder curativo y de justicia y misericordia que tendría su presencia, encuentro con las víctimas, con la sociedad civil y con los católicos dolidos y lastimados. Y ya ha dicho que hay tolerancia cero y que la Iglesia ha sufrido heridas lacerantes y criminales que avergüenzan y nos ponen de rodillas: son abusos de poder, de conciencia y sexuales por los que el Pontífice ha manifestado un largo e intenso ‘mea culpa’ varias veces y de diferentes formas. -¿Considera que está siendo víctima de un complot ultraconservador a partir de las declaraciones del ex Nuncio en Estados Unidos, que asegura haberlo informado de los casos de abusos del arzobispo emérito de Washington, cardenal McCarrik, y que no hizo nada y por ello debe renunciar?
-Que hay un ataque al Papa y a la Iglesia por parte de distintos grupos de personas y de distintos intereses, creo que es evidente. Con respecto a la carta de Monseñor Viganó el mismo Santo Padre nos pidió que la leyéramos atentamente para sacar las conclusiones: hay tan-
El tema legalización del aborto no está cerrado. Pero no está abierto como si nada hubiera sucedido en el Congreso”
tas contradicciones y responsabilidades del propio Viganó que la pretendida acusación se califica por sí sola. Duele ver la pequeñez de algunos hermanos...Pareciera que el autor se olvida quién fue el que de hecho, aplicó realmente y de forma contundente la severísima sanción al “ex” cardenal McCarrick: fue Francisco!
-A su regreso, en el avión, Francisco dijo que los padres de un niño gay deberían recurrir a un psiquiatra, lo que levantó una ola de críticas. El Vaticano luego negó que el Papa haya querido decir que la homosexualidad es una enfermedad, sino que se refirió a un acompañamiento psicológico. ¿Cómo debe interpretarse esto?
-El Papa dijo: “...antes que nada rezar: reza. No condenar, dialogar, entender, hacer espacio al hijo, a la hija para que se exprese. Luego, ¿en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo? Es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño, cuando hay tantas cosas que se pueden hacer con la psiquiatría, para ver cómo son las cosas; otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así”. El Vaticano quitó la expresión “con la psiquiatría” para no tergiversar lo que quería decir el Santo Padre: ayuda psicológica. Fue un furcio o una poco feliz expresión. Ahora, se puede tomar esa expresión y repetirla hasta el ridículo o reconocer qué es lo que quiso decir el Papa y “perdonarle la vida”... Ya está dicho en muchos documentos de la Iglesia que la homosexualidad no es una enfermedad. Pero a nadie escapa la importancia de la ayuda emocional, psicológica, afectiva, espiritual que necesita un niño pequeño cuando manifiesta y vive tendencias o condiciones que pueden hacerle sufrir al no encontrar, ellos solos, la mejor manera para iluminar esos procesos. -¿La Iglesia es reacia a la educación sexual y la distribución de anticonceptivos?
-Agradezco esta pregunta ya que es la “reina” de los prejuicios -o de la ignorancia- anti Iglesia: la Iglesia católica fue una de las primeras instituciones (si no la primera) que elaboró programas, textos y cursos de educación sexual integral (ESI). De hecho, hay clases y capacitación en ESI en muchos más colegios de gestión privada que de gestión estatal. A la luz de la misma ley de Salud Sexual y Reproductiva, en su art. 4, la Iglesia adoptó los contenidos a su ideario y líneas educativas. Es un derecho que asiste a los padres de alumnos que, en democracia, pueden elegir qué educación prefieren para sus hijos. La distribución de anticonceptivos no es competencia de la Iglesia, sino del ministerio de Salud.
-Ahora, el Poder Ejecutivo propicia la despenalización del aborto en el caso de la mujer a través de la reforma al Código Penal. ¿Está de acuerdo la Iglesia? ¿Tiene alguna reserva?
-Hay que distinguir entre despenalizar (o mejor, cambiar la pena) a la mujer que muchas veces se ve obligada psicológicamente a ceder a la presión del aborto y otra cosa es despenalizar al agente o profesional sanitario que produce la muerte o pone en peligro la vida de la mujer, realizando abortos en condiciones insalubres, con impericia, y habiendo cobrado dinero. Creo que a esos criminales no se los debe despenalizar.
-Para muchos, la legalización del aborto se va a volver a plantear a mediano plazo. ¿La cuestión no está cerrada?
-No está cerrada, pero no está abierta como si no hubiera pasado nada en el pueblo y los legisladores argentinos. No se puede ser ciego y negar el presente. Si el aborto es un tema de salud pública como se pregona (y no es sólo eso) es un fracaso decir que se seguirán haciendo abortos sin posibilidad de solución. En salud pública sabemos muy bien que lo que hoy parece imposible, mañana es una realidad si se trabaja junto a la ciencia, la edu- cación y la verdad: se eliminaron enfermedades con acciones positivas, se dejó de fumar en gran medida, se disminuyó la muerte materna con mejor prevención de salud...
- Al parecer, la aprobación a la legalización del aborto es mayor entre los jóvenes, no pocos de ellos católicos. ¿Es este un gran desafío para la Iglesia de cara al futuro?
-Sin duda una pregunta de fondo es qué pasó con nuestra catequesis y en el diálogo con la sociedad de este cambio de época, de lenguaje y paradigma. El Papa Francisco nos lo dijo claramente: la “Iglesia en salida” y el “hospital de campaña” son motivaciones muy profundas y creativas para ir a buscar desde las comunidades eclesiales a aquellos que no conocen, mal conocen o desconocen a Cristo. -Grupos que están a favor de la legalización del aborto promueven la renuncia a la fe católica (apostasía) en protesta por la oposición de la Iglesia. ¿Le preocupa?
-En temas tan delicados y de conciencia no es bueno actuar por reacción, presión o moda. Mucho menos por movimientos masivos, callejeros e ideológicos. Los católicos no creemos en algo, sino en alguien: Jesús, el Hijo de Dios, redentor del mundo. Jesús se encarnó para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Muchos de estos jóvenes hace mucho que no participan de la vida sacramental, de la vida comunitaria de los católicos: sería bueno que antes de apostatar quisieran acercarse a aclarar sus dudas, prejuicios y lugares comunes. Si después persisten en su voluntad apóstata, que lo hagan con libertad responsable y serenidad de espíritu. -También no pocos partidarios de la legalización del aborto reclamaron la “separación” entre la Iglesia y el Estado. ¿Qué opina?
-No sé a qué país se refieren. La Argentina tiene separación de la Iglesia y el Estado desde Rivadavia, pasando por Roca, por el concordato con la Santa Sede de 1966 y según la Constitución Nacional, incluso en su última reforma de 1994. Además, es un discurso del siglo XIX... Hoy las teorías del Estado no hablan más de un Estado laico (ideología perimida en el mundo), sino de un Estado cívico: de los ciudadanos. Donde nadie puede imponer su punto de vista (ni la iglesia, ni la sinagoga, ni la mezquita, ni los laicistas, ni los agnósticos, etc.), sino que el Estado debe armonizar a todos sin discriminación ni estigmatización, permitiendo, subsidiariamente, la vida de todos.
-Finalmente, ¿el rechazo a la ley abre la posibilidad de una mejora en la relación de la Iglesia y el propio Papa con el Gobierno?
-La Iglesia ha tenido y tiene la mejor relación posible con el Gobierno. Siempre se puede mejorar y trabajar con mayor colaboración (cada uno desde su misión) diálogo y encuentro. El Papa Francisco manifestó muchas veces su gran amor por la Argentina y recibe y dialoga con alegría y misericordia con todo el mundo. Es el líder mundial con mayor aceptación internacional.Eso mismo es lo que más le critican. ■