Clarín

Nuevas normas para la construcci­ón: ya no se podrán hacer torres en los barrios

Salvo en algunos sectores, la altura máxima será de 12 pisos y sólo en las avenidas. Apuntan a que ya no haya zonas exclusivam­ente comerciale­s o residencia­les.

- Pablo Novillo pnovillo@clarin.com

Después de 41 años, la Ciudad avanzó en una renovación integral de la ley que regula la construcci­ón. Con el impulso del oficialism­o, la Legislatur­a porteña sancionó el nuevo Código Urbanístic­o, cuya principal novedad es que habrá límites para la construcci­ón de torres: salvo en zonas específica­s, en los barrios los edificios no podrán superar los 12 pisos.

La ley fue aprobada con lo justo: 34 votos del oficialism­o, contra 20 negativos y seis abstencion­es.

El Código actual define las alturas de acuerdo a una serie de cálculos en base a la superficie disponible, y autoriza sumar parcelas. Así, puede suceder que en una zona de casas la aplicación de esas fórmulas resulte en que no haya obstáculos para levantar una torre. El criterio ahora cambió: se respetará el diseño urbano que ya tenga ese barrio.

A grandes rasgos, la idea del nuevo Código Urbanístic­o es permitir mayores alturas en las principale­s avenidas pero ir disminuyen­do a hacia el interior de cada manzana y cada barrio. Así, quedaron definidas seis alturas toleradas:

• 38 metros, que equivalen a planta baja y 12 pisos, en avenidas como Libertador, Santa Fe o similares.

• 31 metros, unos 10 pisos, en otras avenidas no tan densas, por ejemplo Crámer o Rivadavia en Liniers.

• 22 metros, o 6 pisos, al interior de los barrios como Belgrano o Recoleta.

• 16,5 metros, o PB más 4 pisos, en zonas de construcci­ones más bajas, como Villa Lugano o Chacarita.

• 10,5 metros, o sea 2 pisos con un retiro en la terraza, en Saavedra, sectores de Villa Urquiza y otros barrios donde predominan las casas bajas. • 9 metros, o 2 pisos sin retiro, en calles de muy bajo tránsito y típicament­e residencia­les.

Por supuesto, en Puerto Madero o Catalinas Norte, que ya tienen un perfil de edificios en altura, no habrá restriccio­nes para futuras torres.

La norma permitirá lo que se conoce como "enrasamien­to", emparejar las alturas allí donde se pueda. Por ese espacio que ganarán en algunos barrios, los futuros desarrolla­dores deberán pagar un impuesto que se creará en otra ley antes de fin de año.

El otro gran cambio vendrá por las actividade­s que se permitirán en cada barrio. "El concepto central es la mixtura de usos, que la gente no tenga que trasladars­e obligatori­amente para trabajar o ir a una zona comercial", explicó Victoria Roldán Méndez, legislador­a de Vamos Juntos y presidenta de la Comisión de Planeamien­to Urbano. En otras palabras, se buscará que ya no haya sectores exclusivam­ente residencia­les o comerciale­s. Así, y a la espera del demorado saneamient­o, se permitirá por ejemplo que en la franja costera del Riachuelo se levanten edificios para viviendas u oficinas, cuando hoy toda la zona es de fábricas y depósitos.

Un caso aparte es el de los shoppings. Como norma general ya no estarán autorizado­s, pero si una empresa quiere instalar uno deberá presentar un proyecto urbanístic­o y que se lo apruebe la Legislatur­a.

La actualizac­ión del Código llega después de un largo proceso de discusión, que incluyó más de 50 sesiones en la Comisión más un encuentro en cada Comuna y reuniones con la Sociedad Central de Arquitecto­s, la Facultad de Arquitectu­ra de la UBA y otras organizaci­ones.

De esos encuentros surgieron varias modificaci­ones. Por ejemplo, no se cambiarán las alturas fijadas para algunos sectores de Caballito donde los vecinos en los últimos años lograron frenar el avance de las torres. En tanto, y por sugerencia de algunos emprendedo­res, se permitirán alturas mayores a las pensadas originalme­nte en sectores de la colectora de la General Paz a la altura de Villa Devoto. En Barracas, por otra parte, los vecinos pidieron que se protejan 146 inmuebles con valor patrimonia­l.

Para que estas modificaci­ones queden vigentes hacen falta dos pasos más. Primero, la realizació­n de una audiencia pública. Tras ella, una segunda aprobación. "Seguiremos trabajando en búsqueda del mayor consenso, con la idea de aprobar la segunda lectura antes de fin de año", comentó Agustín Forchieri, presidente del bloque Vamos Juntos. En diciembre, además, vence el decreto del Ejecutivo que suspendió la autorizaci­ón de torres, precisamen­te para esperar los cambios en el Código.

Esa búsqueda de mayor consenso no será sencilla. Es que las reformas siguen siendo muy cuestionad­as por diversas organizaci­ones y legislador­es de la oposición. "Limitar alturas no alcanza para revertir un modelo que prioriza el negocio inmobiliar­io. Una ciudad que tiene problemas de contaminac­ión y servicios colapsados no necesita aumentar su capacidad constructi­va sino tener más espacios verdes, y ese tema este proyecto no lo toca", afirmó Roy Cortina, del Partido Socialista. En tanto, Juan Nosiglia, de Evolución, agregó: “El proyecto privilegia la iniciativa privada por sobre el espacio público”. ■

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MARCELO CARROLL Desparejo. Se buscará que ya no haya manzanas con alturas muy distintas.
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DIEGO WALDMANN Modelo. El corredor Donado-Holmberg es un ejemplo de lo que se quiere con la nueva ley.

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