El final de una gestión con adeptos y detractores
Al igual que su próximo sucesor en el cargo que ayer decidió renovarse a partir del mes que viene, Ricardo Lorenzetti llegó a la Corte una década y media atrás con el "haber" de hacerlo desde la profesión de abogado y sin haber pisado jamás un tribunal del otro lado del mostrador. Sin embargo, al poco tiempo alcanzó la presidencia de la máxima instancia judi- cial del país, con el obvio y necesario apoyo de sus pares, la ejerció por cuatro períodos de tres años -este último acortado en tres meses- y se convirtió en la cara más visible de la Justicia para la sociedad, casi a la par de los más afamados jueces de Comodoro Py que investigan la corrupción.
En estos casi doce años Lorenzetti ganó quizás tantos adeptos como detractores. La principal crítica fue por el excesivo personalismo, según algunos observadores, que le imprimió a su gestión, pero, sobre todo, su permanencia en el máximo sillón del tribunal más alto del Poder Judicial. Pero lo concreto es que en cada elección interna de autoridades Lorenzetti fue elegido por sus pares.
También es cierto que, al menos desde que accedió a la presidencia del máximo tribunal a la par que la ahora senadora Cristina Kirchner era elegida por vez primera presidenta de la Nación, ninguno de sus colegas de la Corte, por la razón que fuere, tenía las mismas apetencias e intereses que él para encabezar el Poder Judicial. Hasta que se redujo el tribunal a cinco miembros, llegaron los dos nuevos propuestos por el presidente Mauricio Macri y le cambió el panorama.
Los defensores de Lorenzetti, y también los más justos observadores del funcionamiento de la Justicia sin quizás coincidir con él en otras cuestiones, resaltan el protagonismo que le dio al Poder Judicial durante su gestión, la difusión de la labor de los jueces y la defensa de los mismos. Durante la gestión de Lorenzetti, y con el aval de sus pares, se creó el Centro de Información Judicial (CIJ), por ejemplo, un canal de relación entre los siempre alejados magistrados que viven de los impuestos de todos los contribuyentes y la sociedad.
“Hizo un cambio de paradigma en las políticas públicas que tienen que ver con el Poder Judicial y el funcionamiento de la Justicia. Supo defender la independencia del Poder Judicial en momentos muy difíciles y la suya fue una gran presidencia”, dijo a Clarín sobre Lorenzetti el ministro de Justicia, Germán Garavano, quien resaltó la relación institucional que supo tejer el actual gobierno de Macri con el saliente presidente de la Corte.
La alusión de Garavano tiene que ver con la arremetida institucional del kirchnerismo cuando encaró la fracasada "democratización de la Justicia", declarada inconstitucional en la mayoría de sus leyes por la propia Corte liderada por Lorenzetti, y el aglutinamiento de todos los magistrados en la llamada "apertura del año judicial". ■