Socios del sindicato de la humillación
Pretender imponer el machismo es tiránico, y lo fue en otros tiempos. Hoy, aquellos que ambicionan alimentar la violencia de género, y esos que de hecho lo hacen, son las migajas que dejó una arquitectura social vetusta y en decadencia, cuyas columnas vertebrales ya se desmoronan. La cultura de la hipermasculinidad fue una película mediocre que aún se proyecta en sa- las vip, sólo apta para los socios del sindicato del pensamiento único: la humillación. Cultores de una ideología primitiva que enmascara la violencia, y que en sus discursos utilizan la intimidación para disfrazar su cobardía. Basta muchachos, cruzaron la frontera y es tiempo del exilio. El nuevo Código Penal traerá cambios para femicidas y abusadores y, entre otras cosas, establece un nuevo control posterior al cumplimiento de la pena, que podrá extenderse hasta por diez años.
El lector Daniel nos acerca con su carta una reflexión sobre la conducta del hombre ante la mujer a través de un tal Juan, que aspiraba a ser un Don Juan, pero como no sabía que era machista, se sospecha abusador y candidato a la tobillera electrónica.