Cómo se distribuye el voto entre los dos favoritos
Sondeo. Bolsonaro cosecha más apoyo en la clase alta y con mayor nivel educativo. Haddad, entre pobres y clase media.
Los votos de Jair Bolsonaro se encuentran, especialmente, entre los electores más ricos y de mayor nivel educativo. El ex capitán del Ejército y actual diputado le gana, en ese terreno, a un abogado que además es doctor en filosofía y profesor la Universidad de San Pablo. Se trata de Fernando Haddad, quien hasta ahora no ha conseguido despertar grandes simpatías en su propio estamento social. Es en ese segmento de la población, que representa apenas el 10% más rico y que gana más de 1.200 dólares por mes, donde el candidato de la ultraderecha tiene 46% de adherentes y el de la izquierda consigue apenas 11% de simpatía.
En una especie de Quién vota a Quién, la encuestadora Ibope mostró dónde cada uno de estos políticos, que casi con seguridad estarán como rivales en la segun- da vuelta del 28 de octubre próximo, tiene su mayor base electoral. Por ejemplo, mostró que Haddad empezó a crecer allí donde Bolsonaro se encontraba más a gusto: la clase media que se suele calificar como B y C. Son aquellos que ganan poco más de 900 dólares al mes. En ese ambiente caracterizado por albergar los estratos sociales medios más tradicionales, en las grandes metrópolis del país, el petista consiguió avanzar hasta 20% de las preferencias. Bolsonaro se mantuvo apertrechado en su 39% de popularidad.
El profesor universitario consigue el mejor desempeño entre los más pobres, que ganan hasta 180 dólares de salario. Haddad tiene allí 33% de simpatizantes. Hay una explicación lógica para que el petista consiga ese resultado en este medio social. El es el heredero de Lula da Silva, el gobernante que les permitió avisorar un ascenso social. Pero también han influido los errores cometidos por los hombres de la campaña de Bolsonaro; fallas que podrían haber castigado al candidato entre los desheredados. Su vice en la fórmula del Partido Social Liberal, el general Antonio Hamilton Mourao, se atrevió a decir, y repetir, que el pago del aguinaldo “no es más que un exceso que hay que eliminar”. Con todo, no se puede decir que la prédica bolsonarista caiga, allí, en el vacío. El 19 por ciento que cosecha entre los más pobres demuestra una activa presencia de punteros en la periferia. Y refleja especialmente la influencia de los cultos evangélicos, cuyas iglesias han dicho públicamente que prefieren al presidenciable conservador. ■