Los conductores, con variadas estrategias para aliviar el impacto
Rebusques. Usan más el subte, el tren y los colectivos. Cuentan además que hacen cargas más chicas en la estación de servicio. Y muchos bajaron de premium a súper.
El auto estaciona. El conductor acciona la palanca para abrir la tapa del tanque de nafta y se baja. El playero se acerca y le pregunta: “¿Lleno?”. El conductor lo mira con una media sonrisa y le contesta: "Poné $ 500". “¿Premium o súper?”. “Súper”, responde el hombre, mientras abre la billetera para sacar la plata. Cuando termina, se da vuelta y encuentra a este cronista que le pregunta cómo le afectaron los aumentos en los combustibles. "Ya no uso el auto como antes. Cargar combustible cuesta cada vez más y mantenerlo también. Entonces, prefiero utilizar el coche menos, sólo cuando es necesario", reconoce Alan, antes de volver a subir a su coche y seguir su camino.
Como él, son muchos los conductores que decidieron dejar de usar el auto, no sólo por el incremento constante del combustible, sino también por el de costos como el seguro, la patente y los estacionamientos.
En lo que va del año, la nafta sufrió al menos una suba todos lo meses, a excepción de marzo y mayo. Así, en los últimos días el litro de la súper pasó a venderse en Capital a entre $ 36,76 y $ 37,97, frente a los $ 43,67 a $ 44 de la premium, que ya para muchos, debido a su alto costo, se transformó en un lujo imposible de seguir costeando.
Pedro todo esto lo sabe muy bien. Mientras espera que lo atiendan en la Shell de Díaz Vélez y Yatay, en Balvanera, explica que paga sólo con tarjeta, que últimamente no puede llenar el tanque y que el auto lo mueve lo menos posible. "Lo saco tres veces por semana. Antes lo usaba todos los días", cuenta, antes de subirse a su Volkswagen Polo, cuyo tanque tiene 55 litros y llenarlo le sale hoy cerca de $ 2.000 con súper y $ 2.500 si quiere ponerle premium.
Otros conductores revelan que, ante los aumentos, reemplazaron el coche por el transporte público como medio para moverse. "Dejo el auto en el centro y me tomo el subte o el Metrobus para viajar. Es la única forma que tengo para ahorrar algo", cuenta Raúl, mientras le pide al playero que sólo llene la mitad del tanque de su Peugeot 306, con nafta súper.
La gente echa mano a todo tipo de estrategias para aminorar el impacto de la inflación en el bolsillo cuando del auto se trata. Algunos, como Osvaldo, cargan de a “puchitos”, con lo que tienen a mano ese día. "Yo cargo a veces medio tanque, otras sólo $ 400. Depende el día".
También hay otros motivos que desalientan la utilización del auto. Como los problemas de tránsito, el costo del mantenimiento del coche, la falta de lugares para estacionar y el incremento de las tarifas de los estacionamientos. ■