Clarín

Los conductore­s, con variadas estrategia­s para aliviar el impacto

Rebusques. Usan más el subte, el tren y los colectivos. Cuentan además que hacen cargas más chicas en la estación de servicio. Y muchos bajaron de premium a súper.

- Gonzalo Herman gherman@clarin.com

El auto estaciona. El conductor acciona la palanca para abrir la tapa del tanque de nafta y se baja. El playero se acerca y le pregunta: “¿Lleno?”. El conductor lo mira con una media sonrisa y le contesta: "Poné $ 500". “¿Premium o súper?”. “Súper”, responde el hombre, mientras abre la billetera para sacar la plata. Cuando termina, se da vuelta y encuentra a este cronista que le pregunta cómo le afectaron los aumentos en los combustibl­es. "Ya no uso el auto como antes. Cargar combustibl­e cuesta cada vez más y mantenerlo también. Entonces, prefiero utilizar el coche menos, sólo cuando es necesario", reconoce Alan, antes de volver a subir a su coche y seguir su camino.

Como él, son muchos los conductore­s que decidieron dejar de usar el auto, no sólo por el incremento constante del combustibl­e, sino también por el de costos como el seguro, la patente y los estacionam­ientos.

En lo que va del año, la nafta sufrió al menos una suba todos lo meses, a excepción de marzo y mayo. Así, en los últimos días el litro de la súper pasó a venderse en Capital a entre $ 36,76 y $ 37,97, frente a los $ 43,67 a $ 44 de la premium, que ya para muchos, debido a su alto costo, se transformó en un lujo imposible de seguir costeando.

Pedro todo esto lo sabe muy bien. Mientras espera que lo atiendan en la Shell de Díaz Vélez y Yatay, en Balvanera, explica que paga sólo con tarjeta, que últimament­e no puede llenar el tanque y que el auto lo mueve lo menos posible. "Lo saco tres veces por semana. Antes lo usaba todos los días", cuenta, antes de subirse a su Volkswagen Polo, cuyo tanque tiene 55 litros y llenarlo le sale hoy cerca de $ 2.000 con súper y $ 2.500 si quiere ponerle premium.

Otros conductore­s revelan que, ante los aumentos, reemplazar­on el coche por el transporte público como medio para moverse. "Dejo el auto en el centro y me tomo el subte o el Metrobus para viajar. Es la única forma que tengo para ahorrar algo", cuenta Raúl, mientras le pide al playero que sólo llene la mitad del tanque de su Peugeot 306, con nafta súper.

La gente echa mano a todo tipo de estrategia­s para aminorar el impacto de la inflación en el bolsillo cuando del auto se trata. Algunos, como Osvaldo, cargan de a “puchitos”, con lo que tienen a mano ese día. "Yo cargo a veces medio tanque, otras sólo $ 400. Depende el día".

También hay otros motivos que desalienta­n la utilizació­n del auto. Como los problemas de tránsito, el costo del mantenimie­nto del coche, la falta de lugares para estacionar y el incremento de las tarifas de los estacionam­ientos. ■

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ANDRÉS D’ELÍA Un dineral. En Capital, llenar un tanque de 50 litros con súper ya cuesta entre $ 1.688 y $ 2.000.

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