Uno por uno

Agustín Rossi (4): Había tenido un buen primer tiempo, pero en la segunda etapa volvió a mostrar todas las fragilidades que le costaron el puesto. Salió mal en casi todos los centros y casi comete un blooper que bien pudo costar la clasificación.

Julio Buffarini (6): Su mejor partido en Boca. Peleó y marcó mano a mano con De Arrascaeta sin problemas. La indicación era no pasar al ataque y así fue.

Carlos Izquierdoz (7): Cuando Boca tambaleó, el central aguantó todos los centros de Cruzeiro. Siempre firme, aportó calma en un momento complicado del equipo.

Lisandro Magallán (5): Le costó hacer pie contra Barcos y cuando dio un paso adelante casi siempre quedó mal parado. Luego de la expulsión se asentó.

Lucas Olaza (6): Muy firme en la marca y sin proyección en el ataque, pudo contener a su marca cada vez que Pavón no retrocedió con un hombre.

Nahitan Nandez (7): El corazón del equipo. Luchó cada pelota y fue quien empujó a Boca hacia adelante cuando el equipo no reaccionaba. En un equipo que batalló, su carácter fue decisivo.

Wilmar Barrios (6): Se sostuvo en la cancha pese a estar visiblemente lesionado. Cortó menos que lo habitual, pero dejó la piel como lo hace en cada partido.

Pablo Pérez (5): Otra vez impreciso y fastidioso. Boca necesitaba pases y calma desde sus pies y nunca lo cumplió. Cuando había logrado hacer pie, su físico dijo basta.

Sebastián Villa (6): El mejor en la primera etapa, fue agresivo en la marca y con sus corridas le brindó oxígeno al equipo. En la segunda parte sintió el desgaste y se notó porque nunca pudo superar en velocidad a su rival.

Mauro Zárate (5): Padeció un equipo que nunca atacó. Apenas una jugada individual en el primer tiempo. Jugó como un falso nueve retrasado, lejos del área.

Cristian Pavón (6): Correcto en la marca, con dudas cada vez que intentó salir de contra. Terminó con un derechazo para el pase a semis. Lleva 4 goles en la Copa.

Fernando Gago, Ramón Ábila y Edwin Cardona (-): pocos minutos en cancha para calificarlos.