Los secretos del Duchamp porteño
La película “Todo lo que veo es mío” recrea su mirada crítica sobre el país y hasta noches sin freno de cocaína.
¿Qué hacía Marcel Duchamp hace cien años en Buenos Aires? Es un misterio. Pero la efeméride se conmemora con un ciclo homenaje al artista que organiza la Universidad de Tres de Febrero (Untref) y Bienalsur.
Este miércoles, como apertura, se exhibió Todo lo que veo es mío (2017), película de Román Podolsky y Mariano Galperín. En esta producción en blanco y negro, con doblaje al francés, Michel Noer parece la reencarnación de ese creador central del siglo XX. Se lo retrata con una mirada intimista en su estadía porteña de nueve meses. Toma mate con su pareja, se enamora de la manteca y juega em- pedernidamente al ajedrez. La película también apela a la leyenda: se cuenta como Duchamp vivió siete noches de descontrol y cocaína con amigos tangueros. El filme no busca ser un documental sino una ficción, una recreación lúdica en homenaje, explorando preguntas aún abiertas.
Los realizadores se basaron en las cartas que contiene el catálogo Marcel Duchamp, de Fundación Proa y, especialmente, en los textos que compiló Gonzalo Aguilar, donde se revela cómo el artista veía a los argentinos. Esas cartas permiten “meterse en la cabeza de él y saber lo que pensaba: que Buenos Aires no existe, que los argentinos no tenemos industria nacional, que somos gente rica sin ningún tipo de cultura”, contó Galperín.
El próximo miércoles, a las 18.30, el filme vuelve a proyectarse en Alsina 1835. ■