Propone limitar el cupo de ingreso a los estudiantes
Periódicamente se realizan censos nacionales de población. Con tales datos, estadísticas y una metodología adecuada se podría determinar qué cantidad de profesionales de cada especialidad serán útiles y necesarios en el país en los próximos años; y con esos datos, limitar el cupo de ingresantes a las distintas carreras (mediante exámenes eliminatorios, si se excediera el número de aspirantes a ingresar).
De este modo ingresarían, de haber exceso de postulantes, los que preparándose adecuadamente demostrarán verdadero interés en la carrera. Dejándose afuera a los estudiantes “crónicos” o carentes de interés, que actualmente ayudan a saturar los escasos espacios de estudio en los primeros años de cada carrera, para luego desertar, tras haber causado un gasto inútil para su frustrada preparación. También se satura el mercado con egresados de las carreras tradicionales, en vez de ampliarse el espectro de salidas profesionales con una vasta variedad de carreras. Pero la demagogia de dirigentes estudiantiles y políticos, temerosos de perder seguidores, alientan el ingreso irrestricto a las disciplinas terciarias y universitarias. A la educación pública no la sostiene la clase política, la sostiene la sociedad con el pago de impuestos y la participación en asociaciones cooperadoras.
Los gobernantes son meros administradores de la cosa pública, y su incapacidad y mezquinas ambiciones personales sólo sirven para darle un mal destino a los dineros públicos.
Orlando Gauna Bracamonte oagauna150@yahoo.com.ar