Y una noche Borges recibió el Nobel
El Premio Nobel que presentó la décima edición del festival FILBA de literatura no es otra vez el viajero frecuente J.M. Coetzee, sino un Nobel póstumo, al más grande escritor argentino: Jorge Luis Borges. Ante invitados internacionales y más de cien participantes nacionales se anunció la distinción en el desbordado cine del museo MALBA.
Basada en una idea del filólogo e investigador Juan José Mendoza, ejecutada por el poeta y actor Esteban Feune de Colombi y el director Marc Caellas, la reivindicación de Borges, matizada con ironía, replicó protocolos de la ceremonia del Nobel tal como se estila en Estocolmo.
Ya que este año no habrá Nobel de Literatura, debido a los escándalos y denuncias que produjeron un éxodo en el jurado, el FILBA decidió constituir un Comité Internacional de Escritores, conformado por la propia Millet, Mathias Énard, J. P. Cuenca, Fernando Savater, Alberto Manguel, Teresa Cremisi, Marta Sanz y Cristina Rivera Garza, Jorge Carrión, Fernanda Trías y Leo Felipe Campos, para ofrecerle a Borges el galardón que la Academia Sueca se negó a otorgarle.
Así fue que, disfrazado con un atuendo de diplomática sueca, Esteban Feune proclamó que “los acontecimientos que son de público conocimiento han mostrado la crisis que embarga a la Institución que históricamente se encargara de otorgar la premiación. No pudiendo bajo ningún pretexto permitir que este año el Premio sea declarado desierto so pena de la irresponsabilidad de los académicos que nos anteceden, un Comité Internacional de Escritores asume la responsabilidad de entregar el Nobel de Literatura 2018 a: Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo”.
A continuación, la portavoz del Comité leyó el discurso de anuncio del premio, subrayando que Borges “sen- tía, quizá trágicamente, la vacuidad de las ceremonias, de las reuniones, de las academias, de los aniversarios y de los ritos, pero esas máscaras lo divertían. Sabía aceptar y sonreír”. Y señaló: “¿Para qué molestarlo con elogios que se parecen tanto a la parodia y tan poco a la comprensión?”.
Para rematar, la representante del Comité lanzó un hilarante ataque hacia la Academia: “Los suecos siempre haciéndose los suecos. El origen etimológico de la expresión ‘hacerse el sueco’ está en la palabra latina soccus, que derivó en “zueco”, amén de otros términos como zocato y zoquete. El zueco es un zapato de madera de una pieza o un zapato de cuero con suela de madera o de corcho. Pero un zueco es también el tipo de pantufla que llevaban los actores cómicos en el teatro romano clásico. Así pues, hacerse el sueco equivale a hacerse el tonto, el torpe, tal y como hacían para provocar la risa los actores de comedia”. Acto seguido, se proyectó un video con entrevistas a Borges, invariablemente brillante.
El cine del MALBA festejó de manera ruidosa y total. “La unánime noche”, había anticipado Borges. En el público se contaban fanáticos como los poetas Anne Carson y Raúl Zurita, los escritores Fabio Morábito y Alberto Nessi, entre muchos otros.